Perseguidos por la tecnología
Podremos equivocarnos, tener falencias, pero inventando teorías conspirativas somos unos campeones. Y pareciera que es un rasgo que nos persigue como especie. Ahora quienes más nos vigilan son las empresas de tecnología que viven escudriñando en nuestros datos; que a través de una app pueden determinar en qué lugar estuvimos, con quién y en qué horario; y con otras usan el micrófono del celular para escuchar todo lo que decimos y entonces nos ofrecen avisos publicitarios. Decimos “Dubai” y aparecen ofertas de pasajes, decimos corralito… Lo más notable es que quienes encabezan las campañas en contra de estas nuevas tecnologías son, en buena medida, los mismos que hace cinco minutos las promovían como lo máximo que pudo haber desarrollado la humanidad. Son muchos los ex gurúes globales que antes daban conferencias sobre las promesas de “la nueva era digital”, y ahora nos advierten sobre la maldad de los algoritmos, cruelmente diseñados para dirigir nuestras conciencias y hasta nuestros votos, hasta que se abren las urnas, claro. Son los viejos encantadores de serpientes que descubrieron que el amigo que nos resolvía todo, no es tan bueno. Y corren para contárnoslo, siempre que paguemos la entrada. Lo más sofisticado de esta visión está condensada en la película “Nada es privado” de Netflix, que “nos abre los ojos” sobre la forma en que la empresa británica Cambridge Analytica obtuvo información de usuarios de Facebook, y la usó para la campaña de Trump y del Brexit. A mí déjenme con mis aplicaciones y mis redes sociales, que tan a gusto estoy. Pero ojo, no lo digan muy fuerte… a ver si nos están espiando.