Se compran menos alimentos y el consumo cayó 5,4% en agosto
Con una ligera desaceleración respecto de la caída que habían tenido en julio, los supermercados, autoservicios y comercios de proximidad volvieron a registrar una caída del 5,4% interanual en agosto. De esta manera, acumulan una variación negativa del 7,4% este año, según los datos relevados por la consultora Scentia.
La mayoría de los productos registraron bajas en las ventas el mes pasado, pero las más importantes se detectaron en los alimentos perecederos, que cayeron 9,2% en promedio, y en las bebidas sin alcohol, que lo hicieron en 8,9%. Si se toma en cuenta todo el año, estas últimas resultaron las de mayor retracción (10,7%).
En cuanto a la evolución de las ventas según las zonas geográficas, el informe muestra que el desplome del 5,4% en general fue ligeramente mayor en el AMBA, el área metropolitana de Buenos Aires (-5,5%) que en el interior del país (-5,4%).
“Luego de la volatilidad de los mercados, post PASO y los efectos de la devaluación de nuestra moneda, el impacto de estos hechos en el consumo era una incógnita. Del mismo modo, las medidas impulsadas por el Gobierno para “colaborar” con la gente en estos momentos tan delicados, también generaban expectativas sobre su afectación a las ventas”, señaló Osvaldo del Rio, director de la consultora, al exhibir los resultados de agosto.
Según el directivo, “lo destacable es que vuelve a generarse una brecha entre los resultados de los autoservicios independientes y las cadenas de supermercados”, comentó.
En concreto, los autoservicios sufrieron una caída importante (-10,1%) más pronunciada en AMBA que en el interior del país. “En el caso de las cadenas, el resultado fue casi estable (0,3%) algo positivo en AMBA y negativo en el interior”.
En relación con el precio promedio ponderado, que hasta julio venía en desaceleración, durante agosto, se frenó esa tendencia y volvió a crecer, pero en menor medida: pasó de un alza interanual de los precios del 54% en julio, al 54,4% en agosto, cuando empezó a notarse en las góndolas el efecto de la devaluación tras las elecciones.