A cinco días de una crucial elección, Netanyahu amenaza con una nueva guerra en Gaza
El premier conservador dijo que es inevitable si Hamas sigue atacando territorio israelí. El sector nacionalista le reclama dureza. Los sondeos vaticinan un empate.
A cinco días de las elecciones nacionales, y en plena campaña para captar votos de los sectores nacionalistas y ortodoxos, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu endureció ayer su discurso y amenazó con lanzar una nueva guerra contra el movimiento islámico Hamas, que controla la Franja de Gaza.
El mandatario dijo que era inevitable el conflicto bélico por el continuo disparo de cohetes sobre territorio israelí por parte de yihadistas que se guarecen en la franja. Inclusive sostuvo que hay planes militares avanzados para atacar Gaza -con fecha a decidir- dada la incapacidad o falta de voluntad de Hamas de frenar las agresiones diarias.
En las últimas semanas se dispararon desde Gaza varios cohetes contra Israel, que tuvieron sus contraataques israelíes y bombardeos aéreos contra emplazamientos de Hamas.
El líder israelí viene siendo criticado por los sectores nacionalistas por no responder con dureza a las agresiones, que suelen obligar a los residentes en el sur de Israel a buscar resguardo. El propio Netanyahu salió escoltado de un acto de campaña el martes cuando insurgentes palestinos dispararon cohetes hacia la zona en la que estaba.
Israel se retiró de la Franja en 2005 y Hamas comenzó a gobernar el lugar dos años después, en medio de una fuerte disputa con la Autoridad Nacional Palestina. Israel y Hamas han librado tres guerras y se han enfrentado en varias ocasiones, especialmente en la última década.
“Probablemente no tendremos otra opción que emprender una gran campaña, una guerra contra las fuerzas terroristas en Gaza”, afirmó Netanyahu a la radio Kan Reshet Bet. “Yo no libro una guerra a menos que sea el último recurso y no pongo en peligro las vidas de nuestros soldados y ciudadanos solo para obtener aplausos”, se justificó. El premier no especificó fecha, aunque sostuvo: “No la comenzaré un minuto antes de que estemos listos, y nos estamos preparando para una guerra diferente”.
La guerra con Hamas no es la única bandera nacionalista que levanta el primer ministro. También prometió que, si gana las elecciones, anexionará el valle del Jordán, un tema sumamente polémico ya que se encuentra en la zona fronteriza con Jordania, en la Cisjordania ocupada donde viven más de 60.000 palestinos. Los países árabes, así como las potencias europeas, cuestionaron severamente a Netanyahu ya que la medida supone una violación “grave” del Derecho Internacional, y dinamitaría cualquier futuro acuerdo de paz representado en dos Estados.
En las últimas semanas, el premier israelí endureció su postura con vistas a las elecciones del 17 de septiembre, que se le presentan complicadas. Las encuestas pronostican un escenario igualado y el propio Netanyahu ha reconocido que los sondeos internos a los que ha tenido acceso predicen que no saldría vencedor de los nuevos comicios. Además, el premier está involucrado en varias causas por corrupción y se arriesga a un destino de cárcel si no es reelecto ahora, Netanyahu está en el poder desde 2009 ( Ver “Causas judiciales...”).
Según las últimas encuestas, el bloque de partidos de derecha y religiosos, que en las últimas elecciones habían conseguido 65 bancas, ganaría ahora entre uno y dos escaños menos. Los dos principales partidos de Israel, el Likud de Netanyahu y la coalición Azul y Blanco, que lidera el ex jefe del Estado Mayor del Ejército Beni Gantz, seguirían estando en primera línea con 30 a 33 diputados.
La Lista Unida, que agrupa a partidos de mayoría árabe lograría 10 u 11 bancas, al igual que Israel Nuestro Hogar y Yamina, que agrupa los partidos ultraderechistas.
Los ultraortodoxos obtendrían alrededor de 15, divididos entre los partidos UJT y Shas, mientras que los izquierdistas Unión Democrática y la coalición del Laborismo y Guesher, obtendrían alrededor de 6 cada uno.
Una figura relevante en este complicado sistema parlamentario es Avigdor Lieberman, el líder del derechista Israel Nuestro Hogar que en mayo pasado impidió a Netanyahu formar gobierno por una disputa con los partidos ultraortodoxos en torno a una ley de reclutamiento militar para esa comunidad.
Su estrategia parece haberle funcionado: frente a las cinco bancas que obtuvo en abril, las encuestas ahora le pronostican once. El bloque de la derecha, sin Lieberman, obtendría 54 escaños, por lo que este puede volver a ser fundamental para formar coalición. Y ya ha dejado claro que continuará con su postura de impulsar un Israel más laico.