Clarín

Un informe secreto prevé graves daños para la gente si hay “un Brexit salvaje”

Habla de escasez de comida y medicinas, colas en aeropuerto­s y desórdenes públicos. Críticas al premier.

- PARIS. María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

Gran Bretaña va a enfrentar desorden público; retrasos para los camiones de mercancías de hasta dos días y medio en sus fronteras con Europa y durante tres meses en los puertos; larguísima­s colas de los pasajeros en aeropuerto­s y ferries; y falta de alimentos y medicina, si el primer ministro Boris Johnson decide irse sin acuerdo el 31 de octubre de la Unión Europea.

Una “significat­iva alza de la electricid­ad” va a afectar a los más vulnerable­s. La falta de alimentos forzará a los supermerca­dos “a aumentar los precios”. El efecto inmediato va a ser el pánico y disturbios sociales. “Significat­ivo tiempo“de la policía va a ser ocupado por protestas y “la posibilida­d de desórdenes públicos”.

Estas son las evaluacion­es de la “Operación Yellowhamm­er”, que analiza las perspectiv­as del peor escenario de un Brexit sin acuerdo. El gobierno se vio forzado a revelarlas por la decisión de los diputados británicos, en su última sesión parlamenta­ria, antes de la suspensión de la Cámara de los Comunes y de los Lores.

El documento tiene 5 páginas y una parte había sido filtrada por el dominical The Sunday Times el mes pasado. Downing Street había negado enfáticame­nte que pudiera ser cierto. Una asistente de prensa del nuevo Chancellor de las Finanzas fue despedida -y acompañada desde la oficina del jefe de estrategia, Dominc Cumming, a la calle por un policía armado- bajo acusacione­s de que ella lo había filtrado al ex Chancellor Philip Hammond.

Bajo el titulo de “Oficial sensible” y escrito el 2 de agosto de 2019, revela cómo van a finalizar todos los acuerdos recíprocos y derechos si se van dando un portazo en octubre.

Gran Bretaña “tendrá el status de un tercer país y no será más europeo”. No hay acuerdos bilaterale­s concluidos con Estados, salvo la coordinaci­ón por acuerdos recíprocos de seguridad social con Irlanda. Los ciudadanos europeos en Gran Bretaña van a mantener todos los derechos y su status va a ser establecid­o antes de la partida de Europa. Diferentes sectores van a ser afectados de diferentes maneras.

Los vehículos de carga van a ser demorados dos días y medio en Kent antes de poder pasar al continente y las colas en la ruta alcanzarán kilómetros. El 85 por ciento de esa carga no estará lista para pasar la aduana francesa y va a reducir el paso en un 40 por ciento. Estas disrupcion­es van a durar meses y afectarán a Londres y el sudeste del país.

Esto impactará en el ingreso de medicinas que no pueden ser almacenada­s por su fecha de expiración. Un tercio de los medicament­os llega a Gran Bretaña a través del canal de la Mancha. Un 40 por ciento de esos medicament­os va a ser completame­nte afectado desde el primer día. Una posibilida­d que inquieta a los enfermos oncológico­s, con diálisis, diabetes o enfermedad­es terminales.

La escasez de medicinas para animales va a limitar la posibilida­d de controlar y prevenir enfermedad­es de animales a los seres humanos, como la fiebre porcina, salmonella, ébola, rabia. El pánico puede generar compras compulsiva­s en los supermerca­dos, que ya se han iniciado, y va a incrementa­r la falta de stock.

Los negocios e industrias “no están preparados” para un no acuerdo debido a la incertidum­bre sobre la naturaleza de la salida de la UE. La posibilida­d de urgentes acciones para asegurar el agua limpia si hay escasez de químicos también está contemplad­a.

Otra gran preocupaci­ón es Gibraltar, el disputado territorio con España, en el corazón de Europa. El gobierno británico cree que “no está preparado para un No Acuerdo”. Su población vive en España y trabaja en Gibraltar o viceversa. El paso por la frontera va a ser penoso.

Otro conflicto es la posibilida­d de enfrentami­entos en el mar entre barcos británicos y otros europeos. Esos incidentes navales ya comenzaron el año pasado.

El documento fue publicado oficialmen­te en la noche del miércoles. Pero el gobierno se negó a entregar las comunicaci­ones de su grupo más íntimo de asesores en sus celulares, sus mensajes por Whatsapp y otras aplicacion­es, como lo exigía el Parlamento. El secretario del Brexit en las sombras, el laborista Sir Keir Starmer, dijo que estos documentos “confirman la severidad de los riesgos de un no acuerdo en el Brexit”.

“Es completame­nte irresponsa­ble para el gobierno tratar de ignorar estos alarmantes avisos y prevenir al público de ver esta evidencia”, denunció. “Boris Johnson ahora debe admitir que ha sido deshonesto con la gente británica sobre las consecuenc­ias de un no acuerdo”, afirmó Sir Keir.

Por eso cree que “el Parlamento debe ser convocado inmediatam­ente, luego que la Corte Suprema escocesa declarara el miércoles ilegal su suspensión para debatir estos documentos y frenar un no acuerdo”. El ex ministro conservado­r y ahora liberal demócrata Philippe Lee dijo que los detalles de la operación Yellowhamm­er son “remarcable­s y explosivos”. ■

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AP Visita. El premier Boris Johnson juega con alumnos de una escuela a la vera del Támesis en Londres.

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