Piden más de 4 años de cárcel para un policía que atropelló, mató y se fugó
En marzo de 2018 embistió a una pareja que caminaba junto a la colectora de la autopista a La Plata.
Mientras Gerardo Agustín Pereyra espera la lectura de la sentencia, una familia se paró ayer frente a una lápida. Con un poco menos de angustia que las otras veces, con las audiencias de un juicio oral terminadas, pero con la ansiedad por lo más importante: el veredicto, que se conocerá hoy. Pereyra es el ex policía federal que atropelló a un matrimonio en la colectora de la autopista Buenos Aires-La Plata y mató a la mujer, Ana Rivadero. El fiscal pidió una pena de cuatro años y diez meses de prisión.
“Hoy (por ayer) mi mamá hubiese cumplido 72 años. Dio la casualidad de que las audiencias concluyeron un día antes, y al menos en su cumpleaños podemos ir al cementerio”, dijo a Clarín una de las cuatro hijas del matrimonio, Mónica Maldonado.
Pereyra, de 27 años, está en la Unidad 31 del Servicio Penitenciario Bonaerense, en Florencio Varela. Llegó al juicio preso, como está desde hace un año y medio, cuando después de más de 30 horas prófugo la Federal lo entregó a la Bonaerense.
El 26 de marzo de 2018, un Volkswagen Voyage blanco embistió a Ana Rivadero y a su esposo, Bruno Maldonado, en la colectora de la autopista Buenos Aires-La Plata. Ella voló y cayó muerta varios metros adelante. Su marido, de entonces 73 años, quedó herido, tirado sobre el pasto. Detrás del volante de ese auto estaba Pereyra, un policía que no sólo mató, además huyó.
“Nosotros pedimos cinco años y ocho meses de prisión, más 10 de inhabilitación para conducir. Nuestro requerimiento al juez (Pablo Pérez Marcote) es que aplique el nuevo artículo 84 bis del Código penal, que establece una pena de tres a seis años para un conductor que se fuga o no intenta socorrer a la víctima”, dijo a Clarín, el abogado de la familia, Dante Morini. En tanto, el fiscal solicitó 4 años y 10 meses de cárcel. La razón de no exigir el máximo se apoya en que Pereyra no tenía antecedentes.
Al momento del homicidio, Pereyra llevaba un año y siete meses en la Federal, en el Departamento de Delitos Ambientales. En febrero de este año se lo dio de baja, después de que se le iniciara un sumario administrativo. “Le pedimos al juez que tenga en cuenta que era policía y por tanto tenía la obligación de actuar con honradez, legalidad y profesionalismo, totalmente al revés de lo que hizo”, agregó el abogado. Y siguió: “Pereyra siempre ocultó los rasgos de su delito: se fugó durante 36 horas, escondió el auto, no se entregó y se negó a que le extrajeran sangre para analizar en qué condiciones estaba”.
Pereyra está acusado de “homicidio culposo, agravado por conducción imprudente, negligencia y fuga, en concurso con lesiones culposas”. Durante el proceso, esa imputación no fue cambiada por “homicidio simple”, una que lo que hubiese puesto frente a una posible pena de 8 a 25 años. Ese cambio de carátula sí ocurrió en el caso de Eugenio Veppo, el periodista que atropelló a dos agentes de tránsito: mató a Cinthia Choque y dejó herido de gravedad a su compañero, Santiago Siciliano.
Para la familia del matrimonio atropellado, Pereyra siempre buscó quedar impune. Desde el inicio, cuando el Volkswagen Voyage blanco fue encontrado en su domicilio, una casa de dos pisos ubicada en la localidad de Gutiérrez, en Berazategui. El auto estaba estacionado en el garaje, con lonas cubriendo el capó. Las imágenes captadas por una cámara de seguridad de un country que está junto a la colectora, a la altura del km 33, fueron fundamentales para identificar el auto y localizarlo.
Las noticias de la identificación del conductor y luego su detención se vivieron con una mezcla de bronca y dolor en la casa de los Rivadero, en Hudson. Había entre 35 y 40 personas, entre familiares, vecinos y amigos. El cuerpo de Ana fue entregado 33 horas después de su muerte.
“Que sea un policía me genera aún más tristeza. Es un asesino, no representa los valores que debería tener la Federal. No le importó nada. Escapó”, dijo Alberto, hermano de Ana.
La lectura de la sentencia se realizará este mediodía en el Juzgado Correccional N° 4 de Quilmes. ■