“La experiencia laboral, que se desecha como hojas al viento”
La vida golpea a toda edad. A los jóvenes por tener juventud y un título secundario, y el que no, pobre de él, sólo puede cruzarse de brazos cansado de tirar CVs y nada ocurre. O consigue un trabajo por un conocido o la suerte le dio la chance. Nadie tiene claro el mundo laboral con sus requisitorias, este intrincado mundo laboral donde las reglas no son muy claras.
Si sos un joven, te falta experiencia, y si tenés más de 30 años sos mayorcito para ahora. Si tenés 50 sos un viejo. ¿Y la experiencia? En esta época donde las modelos en Europa y muchas marcas de ropa y cosmética se vuelcan a estos sectores con cremas y cosas dirigidas a ellos, nos encontramos con una parte que está latiendo y casi no se ve. La gente de 50 a 60 años, donde los títulos terciarios y universitarios no faltan y experiencia sobra, somos muchos sobrevivientes que estamos desapareciendo de los trabajos. La mayoría de los CEOs, en la Argentina y en el mundo, rondan los 60 a 80 años y nadie los discrimina ni los discute… llegaron acá no por casualidad, sino por tenacidad y su experiencia. Pero parece que las empresas eso no lo ven. La responsabilidad y la experiencia al tomar decisiones, por más pequeñas que sean, son muy calculadas y pensadas. De esto precisamente se está privando la sociedad. Esto se vio en las PASO, donde la juventud de Cambiemos no vio la situación del país, la mayoría proviene de la gestión privada o pública de la Ciudad de Buenos Aires. Son un “club de amigos” que juegan con lo ajeno a resguardo de su propio patrimonio y ven a los demás desde su óptica cerrada. Tristeza da mi país, y la experiencia que se desecha como hojas al viento.