El chavismo logró un asiento en Derechos Humanos de las Naciones Unidas
Es el organismo que denuncia las violaciones a esos derechos en el mundo. Lo lidera Michelle Bachelet, quien denunció los brutales excesos del régimen venezolano.
A pesar de las denuncias de la comisión de la propia ONU, encabezada por Michelle Bachelet, sobre persecución y torturas a opositores, el régimen de Maduro recibió 105 votos. Y tendrá un lugar en el Consejo donde se decide sobre la violación a los derechos humanos.
En una curiosa definición, Venezuela fue elegida ayer para ocupar una banca en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, pese a las denuncias en su contra por la brutal represión que viene aplicando, incluyendo torturas, arrestos y asesinatos de dirigentes opositores. La medida llamó la atención porque se contradice abiertamente con el devastador informe sobre violaciones a los derechos humanos realizado a mediados de este año por la propia organización internacional.
El régimen de Nicolás Maduro tendrá ahora voz y voto para definir dónde y cómo se violan los derechos humanos en el mundo. Por eso celebró la elección como una “victoria”. Recibió el apoyo de 105 países. Como la votación es secreta, no se sabe exactamente quiénes dieron el sí, pero trascendió que recibió el apoyo de países africanos y asiáticos, motorizados por Rusia y China. Se descuenta que también votaron a favor Cuba, Nicaragua y Bolivia.
Con 153 adhesiones, Brasil, que buscaba la reelección, se quedó con la otra banca disponible para la región, en tanto Costa Rica, que había surgido a última hora para tratar de cerrar el paso a Venezuela, consiguió apenas 9 votos menos (96).
Argentina, a través de la misión en las Naciones Unidas que encabeza el embajador Martín García Moritán, hizo a su vez una fuerte campaña por Brasil y Costa Rica.
La victoria de Venezuela llama la atención especialmente tras el informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, quien en julio reportó haber constatado el asesinato por parte de las fuerzas de seguridad venezolana de casi 7.000 personas (5.287 en 2018 y otras 1.569 entre enero y mayo de 2019), bajo el eufemismo de “resistencia a la autoridad”. Muchos de esos crímenes, según estipulaba la comsión Bachelet, constituyeron ejecuciones extrajudiciales.
Estados Unidos, que se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2018 denunciando un sesgo contra Israel, dijo que la elección de Venezuela “es una vergüenza para las Naciones Unidas y una tragedia para el pueblo venezolano”. “Que uno de los peores violadores de los derechos humanos del mundo reciba un asiento en un organismo que se supone que defiende los derechos humanos es absolutamente espantoso”, declaró la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft. EE.UU. lidera la presión internacional para sacar del poder a Maduro, aliado con varios países de Latinoamérica nucleados en el Grupo de los 15.
El gobierno venezolano se congratuló de una “victoria histórica” obtenida en medio de “una campaña feroz” y “brutal” de Estados Unidos y sus países “subordinados”, y de ONGs acusadas de seguir “el mismo guión” que Washington. “Estamos realmente orgullosos que Venezuela ingrese, una vez más, por tercera vez al Consejo de Derechos Humanos”, dijo el canciller Jorge Arreaza.
Tanto Chile como Perú, que impulsan la realización de nuevas elecciones para una salida pacífica a la crisis en Venezuela, deploraron el resultado. “El gobierno de Maduro se ha burlado de todos nosotros”, dijo el canciller chileno, Teodoro Ribera. La cancillería peruana cuestionó en Twitter que el “régimen dictatorial de Nicolás Maduro, responsable de las graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela, vaya a integrar el CDH a partir de enero”.
Pero no sólo el caso venezolano llamó la atención. También resultó polémica la incorporación de Libia y Sudán, dos países sumamente cuestionados por violaciones a los derechos humanos. Lo paradójico es que el Consejo de Derechos Humanos, integrado por 47 Estados, se creó en 2006 para sustituir a la Comisión de Derechos Humanos, suprimida por falta de legitimidad a causa de decisiones parciales, politizadas y desequilibradas. Algo que vuelve a ocurrir 13 años después.
Las bancas se distribuyen entre los distintos grupos regionales de la ONU. Hay 13 por Africa, 13 por Asia, 8 por América Latina y el Caribe, 7 por Europa occidental y 6 por Europa Oriental. En el caso Latinoamericano, integran el grupo Brasil, Venezuela, Argentina, Bahamas, Chile, México, Perú y Uruguay. La permanencia es por 3 años, pero si alguno de los países comete abusos sistemáticos de derechos humanos, la Comisión lo puede suspender. ■