En el tramo final de su mandato, Macri nombra más embajadores
Designó nuevos representantes a la OEA y a la FAO. Tiene en carpeta la designación de otros 5 diplomáticos.
El Boletín Oficial publicó ayer dos decretos con la firma de Mauricio Macri y del canciller Jorge Faurie que formalizaron los nombramientos de los embajadores Guillermo Daniel Raimondi como representante permanente ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Carlos Cherniak ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Como informó Clarín, están en carpeta otros decretos. El del director de Ceremonial Marcelo Suárez Salvia para cónsul general en Nueva York, y el del director de asuntos consulares de la Cancillería, Luis María Sobrón, para el de Milán. Como los anteriores, son también diplomáticos de carrera, ligados a la cúpula de la gestión Faurie. Y se espera que antes del 10 de diciembre se cubran las vacantes de embajador en Países Bajos, Rumania y Filipinas.
El kirchnerismo criticó estos nombramientos por efectuarse sobre el final de gestión.
Pero en el Gobierno defendieron los nombramientos hechos en estas semanas. En la oficina de Faurie dijeron a Clarin que a fines de 2015 la administración K nombró 16 embajadores. Y que para eso trajeron 16 diplomáticos de afuera, lo que también implicó dinero. Faurie nombraría entre cuatro y seis más cónsules.
Aunque son puestos que se cubren con funcionarios de carrera, si Alberto Fernández gana las elecciones el 10 de diciembre habrá nuevo canciller y nuevas directrices en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que suele tener además -a diferencia de otros países- fuertes diferencias ideológicas entre su gente. Y en la Argentina, gobierno que viene, gobierno que pone su gente pese a la profesionalización del servicio exterior.
Felipe Solá, uno de los aspirantes a canciller de Alberto F., fue quien puso sobre la mesa el rechazo a la inesperada renuncia, hace una semana, de Paula Bertol a la OEA, a la que había llegado como embajadora política.
“Bertol decide renunciar dos meses antes porque viene a la campaña, por lo cual no cumple con la función hasta el último día, lo que me parece que es algo importante para un funcionario político", dijo Solá al canal C5N. Y continuó: "Entonces esa es la excusa para enviar un embajador de carrera que piense parecido. Hoy en la OEA se discuten cosas que en nuestro equipo, en nuestra gente, nuestro pensamiento es muy diferente del pensamiento del gobierno. Por lo tanto, lo adecuado era no hacerlo (la renuncia y el nuevo nombramiento) hasta el 27 de octubre y después consultar, o si ganan, hacerlo", señaló.
Solá mostró tener bien en mente el nombre del embajador Raimondi (fue vicecanciller de Faurie) y de los otros funcionarios de carrera que fueron y serán nombrados. Todos los embajadores políticos cesan siempre su misión al terminar un gobierno. Los de carrera no. Pero de ganar Fernández la elección, esos diplomáticos podrían ser traídos de regreso al país. Cada traslado le cuesta al Estado unos 50.000 dólares.
Históricamente, los nombramientos de último momento en la Cancillería se negociaban con las distintas fuerzas para evitar rechazos. Esto se quebró en los últimos años. Antes de irse del poder, Cristina Kirchner le dejó amarrada a la Cancillería de Cambiemos 16 diplomáticos propios. Algunos fueron traídos de vuelta, otros no. Aunque serían menos, el macrismo vino a hacer lo mismo. ■