Una Corte brasileña analiza procedimientos judiciales y podría liberar a Lula
Es el máximo tribunal. Revisa una cuestión técnica que podría beneficiar a presos del Lava Jato.
La máxima corte de justicia de Brasil inició el jueves un debate que puede cambiar la jurisprudencia vigente desde el 2016, que permitió la detención de condenados en segunda instancia sin esperar que se cumpla la totalidad del “tránsito en juicio” previsto por la Constitución.
Si el Supremo Tribunal Federal altera la jurisprudencia beneficiaría a 38 detenidos, entre ellos el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde 2018 en la sureña ciudad de Curitiba; su ex jefe de Gabinete José Dirceu y ex altos funcionarios de Petrobras que recibieron millonarios sobornos.
El juicio sobre la legalidad de las detenciones tras una condena en segunda instancia nace de la presentación de demandas de inconstitucionalidad bajo el argumento de una supuesta violación de la presunción de inocencia. Este es un juicio “sobre el alcance de presunción de inocencia prevista en el art. 5 inciso 57 de la Constitución. El entendimiento que de aquí emanará servirá de norte para todos los magistrados y el sistema de justicia del país”, dijo el presidente del tribunal, José Antonio Dias Toffoli. “Que quede bien claro que el presente juicio no se refiere a ninguna situación particular”, agregó. Las demandas de inconstitucionalidad fueron presentadas por el Partido Ecológico Nacional (actual partido Patriota), el Consejo Federal de la Orden de Abogados de Brasil y el Partido Comunista do Brasil). Abogados que declararon como “amicus curiae” del tribunal dijeron que el caso no trata del Lava Jato ni de Lula sino de un “principio constitucional: la presunción de inocencia”. Mientras el STF trataba el caso, el presidente Jair Bolsonaro publicó en redes sociales imágenes de una práctica de tiro que compartió junto al ministro de Justicia Sergio Moro en la ciudad de Florianópolis. El ex juez es un firme defensor de detener tras condenas en segunda instancia, sin aguardar el “tránsito en juicio”.
En víspera del inicio del proceso, Bolsonaro conversó brevemente en el Palacio del Planalto con tres jueces del tribunal. Uno de ellos, Gilmar Mendes, crítico del Lava Jato, dijo que se trató de una visita de cortesía.
La Corte, al calor del auge de la Operación Lava Jato y de la presión popular para castigar a políticos corruptos, revisó tres años atrás su entendimiento de no permitir detenciones hasta el agotamiento de recursos por parte de la defensa de condenados.
El nuevo debate se produce tras un progresivo debilitamiento del prestigio del Lava Jato tras filtrarse diálogos privados entre jueces y fiscales que levantaron dudas sobre la imparcialidad del operativo anticorrupción. A raíz de esas filtraciones, que mostraron operaciones de desgaste de fiscales contra jueces, la Corte se mostró más proclive a atender demandas que cuestionaron métodos de la operación.
Semanas atrás el tribunal anuló dos condenas de Moro, ex juez estrella del Lava Jato. Consideró que se había vulnerado el derecho a la defensa de acusados. Se espera una votación dividida en la Corte y que el caso se resuelva la próxima semana. Lula sufrió 2 condenas en el marco del Lava Jato. La primera, por supuestamente recibir un apartamento de la constructora OAS a cambio de contratos en Petrobras, fue ratificada en cámara y luego en el Superior Tribunal de Justicia, la Corte de asuntos no constitucionales. La defensa del ex presidente aún mantiene apelaciones en curso. ■