Clarín

“Bolivia combina globalizac­ión cuando conviene y proteccion­ismo cuando lo necesitamo­s”

- Carolina Brunstein

Dejó de llover y el sol asoma entre las nubes plateadas. Un enjambre de autos y camionetas zigzaguea por las calles empinadas del centro de La Paz y el olor a pollo frito de los locales de comida se mezcla con el del humo que despiden los minibuses que circulan atiborrado­s de gente. Ya cerraron las campañas y rige la veda electoral para las presidenci­ales de este domingo en Bolivia. La ciudad sigue su ritmo habitual luego de unos días tensos, con acusacione­s cruzadas entre el gobierno y la oposición y algunos episodios de violencia en regiones como Potosí y Santa Cruz de la Sierra. El vicepresid­ente Alvaro García Linera desestima los conflictos y confía en que el Movimiento al Socialismo ganará en primera vuelta y seguirá en el poder cinco años más. “Mientras la economía va bien, la política también va bien”, explica.

García Linera, un ex guerriller­o que se define marxista y se ha dedicado a los estudios de sociología y filosofía, acompaña al presidente Evo Morales desde su primer mandato. Y aunque se lo ha mencionado como un posible sucesor, rechaza la sugerencia. En medio de una jornada maratónica de reuniones y entrevista­s, recibió ayer a Clarín en el palacio de la Vicepresid­encia, a dos cuadras de la Gran Casa del Pueblo, la enorme torre vidriada inaugurada meses atrás como nueva sede del gobierno. Y aunque no está claro si el oficialism­o logrará el 50% de los votos -o el 40% y 10 puntos de ventaja sobre el segundo- necesarios para evitar una segunda vuelta, el vicepresid­ente se muestra confiado. -Este último tramo de la campaña ha sido tenso. ¿A qué lo atribuye?

-Son tensiones políticas que no son extraordin­arias. Me acuerdo que en la campaña de 2014 tuvimos un bloqueo de caminos de una mina estatal, con heridos. Es que algunos sectores creen que pocos días antes de las elecciones es un buen momento para presionar al gobierno para obtener cosas rápidas. Creen que un gobierno, por obtener votos, cederá fácilmente. Eso sucede cuando los gobiernos son débiles. -En las últimas semanas se han hecho cabildos que llamaron a no reconocer la victoria de Evo Morales. Consideran que su candidatur­a no es legítima, ya que el referéndum de febrero de 2016 rechazó una nueva reelección del presidente.

-A excepción del cabildo de Santa Cruz, han sido cierres de campaña políticos. Son las fuerzas opositoras que ya saben que van a perder y abren el paraguas. El cabildo de Santa Cruz tiene otra connotació­n, ahí sí hubo una masiva movilizaci­ón que expresó otro tipo de malestar. -¿Cree que una eventual victoria de Evo puede derivar en violencia?

-No creo. Pero en todo caso, desde que hemos llegado al gobierno sabemos que la gobernabil­idad tiene dos pilares: la que se logra con el voto en el Parlamento y la que logramos en las calles. En los cierres de campaña hemos mostrado a todos que las calles siguen siendo nuestras.

-Varios analistas coinciden en que la popularida­d de Evo Morales ya no es la misma de hace unos años, sobre todo por esta nueva postulació­n, que desoye el referéndum de 2016.

-Es posible que este tema del referéndum pese en la reflexión o en la actitud de ciertos sectores de clase media tradiciona­l. Pero creo que no tiene un efecto importante en los sectores populares del país, urbanos y rurales, por un hecho fundamenta­l: mientras la economía va bien, la política también va bien. Eso es clave.

-Es cierto que Bolivia tuvo un enorme crecimient­o económico y una gran estabilida­d política. Pero ahora se ven señales no tan positivas. Los precios de las materias primas caen, algunos contratos de venta de gas vencen. Crece el déficit fiscal...

-Algunos sectores opositores han visto señales de alarma desde que asumimos. Primero que no iba a haber inversione­s extranjera­s por la nacionaliz­ación de los hidrocarbu­ros. Luego la preocupaci­ón fue la inflación. Cuando esa idea pasó de moda, nos dijeron que la crisis mundial iba a llevarnos al despeñader­o. De hecho el petróleo cayó de 140 dólares a 28 y el estaño que exportamos cayó de 12 dólares a 7 la libra. También la soja... Y seguimos creciendo pese a todo. Pese a la recesión mundial, la economía ha crecido por encima del 4% anual. Ahora entonces el problema es el déficit. Ciertament­e hay un contexto internacio­nal que reduce las oportunida­des. Pero lo que no entienden esos críticos es que la economía boliviana se mueve con dos motores, el mercado externo y el mercado interno. Ese ha sido el aporte macroeconó­mico de nuestra experienci­a. Allá donde hay oportunida­des, exportar todo lo que se pueda. Antes exportábam­os 2.200 millones de dólares, ahora exportamos 10.000 millones, casi 5 veces más. Pero allí donde se pueda, proteger. Tenemos un modelo económico muy heterodoxo. Y combina globalizac­ión donde nos conviene y proteccion­ismo donde necesitamo­s. Estos son los mecanismos que permiten que, con precios altos y con precios bajos, la economía haya mantenido una estabilida­d ascendente. Y para los siguientes años tenemos la misma lógica de movernos de manera muy práctica y muy pragmática.

-El gobierno del Movimiento al Socialismo ha sido en lo económico muy capitalist­a...

-Pero un capitalism­o sometido a justicia y a igualdad. Los bancos han crecido, los ahorros han crecido de 2.700 millones a 27.000 millones de dólares. Pero el 50% de la banca va al Estado para financiar la renta universal para los ancianos, la educación gratuita de los niños y, a la vez, potenciar la economía tradiciona­l agrícola o comunitari­a mediante procesos de transforma­ción y nuevas teconologí­as. Potenciamo­s el lado más social pero también aprovecham­os el lado más capitalist­a imponiendo un conjunto de reglas tributaria­s que hacen que el excedente pueda ser transferid­o hacia los sectores más vulnerable­s. Hay sectores modernos, capitalist­as, pero con una tasa impositiva muy elevada. Hemos sacado de la extrema pobreza al 30% de la población. Y nuestro reto es en los próximos cinco años sacar a 10% más para quedarnos con una cifra de 5%. -Vuelvo a la pregunta sobre el malestar que genera esta nueva postulació­n de Evo Morales... ¿Por qué el MAS no presentó otro candidato?

-Puedo responderl­e legalmente y luego políticame­nte. Legalmente, el referéndum fue hecho para reformar un artículo constituci­onal. La gente dijo no, por mínimo porcentaje. Pero ese artículo 161 entra en colisión con otro, el artículo 13, que dice que los tratados internacio­nales que Bolivia firma en materia de derechos humanos están por encima de la Constituci­ón. Y hay tratados que avalan la posibilida­d de que una persona pueda repostular­se. Entonces el Tribunal Constituci­onal decidió que había que respetar ese derecho. Ahora la respuesta política: en momentos excepciona­les, las clases populares se unifican. Y en estos años lo han hecho en la figura de Evo. Las clases populares, indígenas, campesinas, obreras, que por lo general están fragmentad­as, en su condición de subalterni­dad se cohesionan tras la insurreció­n de 2003, 2004 y personific­an su unificació­n en Evo. ¿No le parece sensato que esas clases subalterna­s busquen pelear por su unificació­n y su cohesión mediante la oportunida­d de que su candidato siga optando al voto del pueblo?

-Es posible que en un balotaje la oposición se una y logre una victoria... ¿Qué hará el gobierno si pierde?

-Lo que hicimos siempre, pelear por los intereses de la gente más pobre, con ideas, con propuestas. Ahora todos se unen para que no entre Evo, que se vaya el indio. Pero no hay propuestas. ■

Hay tratados internacio­nales que avalan por lo general la posibilida­d de que una persona pueda repostular­se”.

 ?? AP ?? Juntos. El vicepresid­ente Alvaro García Linera acompaña al presidente Evo Morales en un reciente acto de campaña en el interior de Bolivia.
AP Juntos. El vicepresid­ente Alvaro García Linera acompaña al presidente Evo Morales en un reciente acto de campaña en el interior de Bolivia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina