Axel Kicillof
Aprendió del desastroso desembarco de Aníbal en 2015. Y de su propia experiencia como ministro de Cristina. Encontró un tono moderado para no agredir y para no pelearse en la campaña. Hasta se amigó con el campo. Ya ganador, anoche volvió al discurso de dirigente estudiantil.