“Vamos a volver”, fuegos artificiales y bombos en el festejo de la militancia
Más de tres cuadras de gente. La celebración del triunfo de Alberto Fernández y, sobre todo, el de Axel Kicillof fue intensa: en medio de cantos y bombas de estruendo.
Afuera, en la calle, los ruidos se superponían. Por los parlantes se alternaban Charly García, Divididos, Los Piojos y La Renga. Entre las columnas poblaron temprano la avenida Corrientes y que llegaron más cerca del escenario -del Movimiento Evita, el Movimiento Unido Popular, la Asociación de Trabajadores del Estado, entre otras- sonaban los bombos. Entre todos cantaban “Néstor no se murió, Néstor no se murió” y “Somos de la gloriosa Juventud Peronista, somos los herederos de Perón y de Evita”. La marcha peronista tuvo que esperar: llegó recién cuando el actual Presidente había hablado en su búnker de Costa Salguero. La gritaron adentro y afuera del galpón de Chacarita. Sobre Corrientes, sobre Dorrego y en el Parque Los Andes, los vendedores gritaban precios: cien pesos una hamburguesa o medio litro de cerveza, trescientos una remera con las caras de Alberto o Cristina, doscientos una gorra con “Volvimos”. “Las estampé el viernes: el resultado de las PASO fue claro y no hubo señales de que fuera a cambiar, así que las traje”, dijo Emiliano, el vendedor.
En el momento de mayor concentración callejera -desde una hora antes de que se conocieran los primeros datos oficiales- hubo más de tres cuadras de gente sobre Corrientes y al menos una más sobre Dorrego. En el Parque Los Andes había fuegos artificiales, bombas de estruendo, nenes que gritaban “Alberto presidente”, un señor que iba y venía con una especie de pistola que disparaba la espuma que se usa en los carnavales - y que hacía que los nenes gritaran “Alberto presidente” con más fuerza-, y centenares de personas subidas a los puestos de reciclajes de la Ciudad para ver mejor las pantallas.
“47 Todxs” y “41 Macri” decían dos carteles hechos a mano que dos amigas asomaron por la ventana de un departamento sobre Dorrego: era imposible tener señal en el celular, así que el truco artesanal nutrió de información a miles de personas.
La diferencia, no tan amplia como en las PASO, asustó a algunos: “Esta marcha del millón los envalentonó”, se escuchó. Algunos sólo recuperaron la serenidad cuando les confirmaron que, por encima de los 45 puntos porcentuales, la diferencia de diez puntos no era necesaria para ganar en primera vuelta. La alegría volvió del todo a la calle cuando las chicas de los carteles informativos volvieron con “52 Kici” y “38 Vidal”. Esa alegría fue la que duró en la calle hasta que Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof hablaron sobre el escenario callejero: algunos llevaban casi siete horas esperando. ■