Un ‘estructuralista’ y creyente del Estado
Matías Kulfas estudió economía en la UBA. Es prácticamente de la misma camada que Axel Kicillof. Sin embargo, no piensan igual. Más bien son distintos. Tan así que Kulfas escribió un libro sobre la economía argentina de 2003 a 2015 que tituló ‘Los tres kirchnerismos’. Su libro ofrece un balance del período a grandes rasgos positivo, señalando al mismo tiempo lo que evalúa como numerosos desaciertos que se fueron agravando especialmente durante el último mandato de Cristina Fernández. Justamente cuando Kicillof era su ministro de Economía. Matías Kulfas tiene una mirada de primera mano de los años kirchneristas. Fue un protagonista directo de la gestión durante buena parte de los mismos (20062013), desempeñándose sucesivamente en la subsecretaría de Pequeña y Mediana Industria y Desarrollo Regional, en el Banco Nación y en el Banco Central. “Son estilos diferentes y también son coyunturas políticas diferentes”, explicó una vez Kulfas sobre la diferencia entre la economía de Néstor y Cristina.
Del primero siempre ponderó la vocación por abrir acuerdos con otras fuerzas políticas y cuidar el superávit. También admite que los contextos globales fueron distintos. Su mirada es que la economía argentina chocó en 2010 contra una restricción que ya es histórica: la externa. Se quedó sin dólares como producto de la crisis internacional pero también del colapso energético que llevó al país a importar combustible y, de ese modo, consumir cada vez más divisas. Todo eso derivó en el cepo y las restricciones. Hace poco, en un evento de Clarín en el Malba, Kulfas señaló que el gobierno de Alberto Fernández sería clave el desarrollo de Vaca Muerta. Sin embargo no precisó cómo haría para compatibilizar ello con una eventual pesificación de las tarifas. También prometió duplicar las exportaciones en cuatro años.
Respecto al dólar, hace poco dijo: “El dólar a 60 está bien desde el punto de vista de la competitividad. Permite a los empresarios argentinos planificar las exportaciones, pero el problema es que el Gobierno tiene todo atado con alambres, se siguen perdiendo reservas y parece muy pasivo: desde lo fiscal no sabemos qué está haciendo”. El economista ha explicado también alguna vez que está a favor de que el Estado esté presente en la economía. Pero reconoce que debe definir qué sectores alentar para su producción.
Por último, sobre la política monetaria dijo que “el enfoque respecto del gasto es algo parcial. El Gobierno se ha centrado en eso y ha reducido algunos impuestos, pero no ha habido más inversiones. Hay que ser extremadamente cuidadoso. Que el déficit fiscal se financie con el Banco Central es una herramienta que existe, pero se debe usar de manera moderada y prudente”. ■