Clarín

El Senado y el rol inédito de Cristina

- Carlos Galván cgalvan@clarin.com

El grupo de WhatsApp que comparten los senadores del PJ estalló de bronca tras el acto que Alberto Fernández y Cristina Kirchner encabezaro­n en Santa Rosa. Ese día, el entonces candidato a presidente le había hecho un gesto, en verdad uno más entre muchos, al cordobés Carlos Caserio, jefe del bloque del PJ del Senado: lo había subido a su vuelo privado y volaron juntos a La Pampa. Caserio tuvo otro privilegio: pudo luego compartir el escenario con los Fernández, con el gobernador Carlos Verna y otras figuras del peronismo. Posiblemen­te por alguna falla en la organizaci­ón, los otros senadores que viajaron a La Pampa no pudieron acercarse al escenario. De ahí la bronca.

Por más que Caserio colecciona guiños del ahora presidente electo, nada garantiza que pueda quedarse con la jefatura del fututo interbloqu­e que agrupará a los senadores justiciali­stas y a los K.

Hay un dicho que se repite en los bloques parlamenta­rios: “El Congreso es matemática pura”. Si se trata nomás de aritmética, el kirchneris­mo deberá quedarse con la jefatura de la nueva bancada: según las proyeccion­es que se hacían anoche, sumará 17 senadores contra 12 del PJ (otros 11 peronistas de diversas provincias se integraría­n a ese espacio).

Si no es por la matématica, sería por la política. Cristina Kirchner, como presidenta del Senado, ocupará un rol inédito desde al menos el regreso de la democracia, según se encargan de subrayar en el kirchneris­mo. Tiene un volumen político propio que no tuvo ninguno de sus predecesor­es y una enorme cantidad de senadores que son terminales suyos, no de Alberto Fernández. Por eso, las señales son de que el Senado será su territorio y de que buscará poner a un leal como presidente provisiona­l del Senado.

Se menciona para ese puesto a Jorge Taiana, quien jurará como senador en reemplazo de la propia CFK. ¿O Cristina le hará un gesto a Alberto F. y dejará que el cordobés Caserio vaya a la presidenci­a provisiona­l, como se dijo tras las PASO? De suceder, descomprom­iría la interna en la bancada. La mendocina Anabal Fernández Sagasti, por quien la ex presidenta tiene debilidad, aparece con altas chances para ser jefa del interbloqu­e. De ocurrir, la encargada de defender los colores de la Casa Rosada no sería una albertista sino una camporista. ■

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