La abanderada con síndrome de Down que sueña con ser concejal
Florencia Ledesma Candás (19). Se postuló por un partido local de San Luis.
Quizás a contrapelo de lo que pasa en la ciudad de Buenos Aires, donde los autos casi que se dejan en doble fila en las escuelas para votar rápido y salir de paseo -en las provincias las elecciones son todo un “programa” para un domingo-. Para algunos, es “el mejor plan”. Entre ellos, para Florencia Ledesma Candás, de 19 años: tiene síndrome de Down y fue candidata a segunda concejala por el Frente Independiente por San Luis.
Votó por primera vez cuando eligió gobernador y el 11 de agosto en las PASO. Pero ayer fue más especial. “Voy a votar para elegir presidente y el 10 de noviembre espero que me voten a mí”, le dijo a Clarín antes de pasar por el cuarto oscuro.
En el escrutinio se definía anoche, al cierre de esta edición, si Flor entraba o no al Concejo Deliberante. Aunque ella ya es una ganadora. Su caso no es inédito, pero es uno de los contados en el país en que una persona con síndrome de Down es candidata a un cargo público.
Flor integró la boleta encabezada por Roberto González Espíndola, expresidente del Concejo Deliberante de San Luis que ahora aspiraba a la intendencia de la capital provincial. Con él, además de Flor se postula a primer concejal Juan Carlos Palma, quien durante varios años fue profesor de Matemática de la joven.
El y otros de sus profesores armaron ese partido y la eligieron para que los acompañe. El año pasado fue abanderada, la primera con esa condición de la historia de su escuela, un prestigioso secundario normal mixto que depende de la Universidad Nacional de San Luis.
La candidata fue a votar a la tarde después de un almuerzo multitudinario. Es que antes está la familia y toda “la juntada” previa. Los Ledesma Candás viven en el Barrio CGT de
San Luis y tienen una casa de fin de semana en Potrero de Los Funes. Ahí se reunieron antes de entrar al cuarto oscuro. “" Esto es lo más lindo, que vamos a estar todos reunidos festejando”, contó Flor.
“Los medios hablaron mucho de mí y me dicen que soy especial. La verdad, me siento especial. Porque nunca bajé los brazos y he demostrado que puedo participar como cualquiera”, dijo, relajada, a cámara.
Su papá, Esteban Ledesma, su mamá, Mónica Candás, y su hermano mayor, Cristian, votaron con ella en la Escuela 27 Saturnino Camarero del Barrio Rawson, en la zona oeste de la capital puntana y en uno de los barrios más vulnerables.
Claudia Giménez, la directora de la escuela, comentó que entre sus alumnos “hay muchos chicos que necesitan, que vienen sin almorzar o sin desayunar” y destacó la importancia del apoyo oficial a los comedores solidarios. De eso, dice su papá, también se ocupará Florencia, que pudo tener una escolarización “privilegiada e inclusiva”, no por su poder adquisitivo sino por haber sido “integrada”.
Durante su escolaridad, Flor cursó en la escuela común Juan Pascual Pringles de la capital puntana con las adaptaciones necesarias tal como indica la legislación nacional y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Está en 6º año, a meses de convertirse en una “egresada 2019”.
Flor llegó a abanderada con un promedio de 9,25. Además, recibió el premio a Mejor Compañera. ■