La violencia narco ahora se ensañó con los mormones
Las víctimas son tres madres y sus seis hijos. Integran la familia de un conocido activista social de la región.
Tres madres y sus seis hijos fueron asesinados en Sonora, cerca de la frontera con EE.UU. El ataque fue una venganza contra el jefe de la comunidad mormona, que había denunciado a los narcos.
En la frontera con Arizona, en las sierras entre los Estados de Chihuahua y Sonora, en México, viven desde hace décadas familias mormonas norteamericanas. Miembros de esas familias fueron emboscados y masacrados con un saldo de nueve muertos, presumiblemente por grupos narcotraficantes. Se trata de tres madres y sus seis hijos, entre ellos gemelos de 6 meses. Donald Trump ofreció ayuda militar al gobierno de Andrés López Obrador en la lucha contra los carteles ( Ver “Trump ofrece...”).
Según la versión de dos familiares recogida por el diario mexicano El Universal, todo ocurrió en torno a las 9.30 horas del lunes, cuando tres mujeres y sus 14 hijos partieron desde la localidad de Bavispe, en Sonora, rumbo a la comunidad mormona de La Mora. No está claro cómo ocurrió el ataque, pero según informan algunos medios locales, una de las camionetas en las que viajaban sufrió un desperfecto y esperó en el camino a que las otras, que volvieron al rancho, llegaran con un repuesto. Al parecer fue durante la espera cuando se inicio el ataque. Al volver del rancho las demás camionetas, los criminales habrían atacado al resto de la familia.
Todas las víctimas tienen la nacionalidad mexicana y estadounidense. En la conferencia de prensa matutina que ofreció el gabinete de seguridad este martes, el secretario del área, Alfonso Durazo, informó que otros seis menores resultaron heridos y otros dos estaban desaparecidos, aunque luego fueron encontrados.
Las víctimas pertenecían a la familia LeBarón, vinculada a una comunidad mormona que se estableció en el norte de México hace décadas. Fue Julián LeBarón, el jefe de la familia, quien dio la voz de alarma. El ataque, explicó, se produjo entre los municipios de Galeana, en Chihuahua y Bavispe, en Sonora.
LeBarón es uno de los líderes del grupo religioso y activista que ha denunciado a grupos criminales que actúan en la zona. “Mi prima Rhonita iba a buscar a su esposo al aeropuerto en Phoenix (Estados Unidos). Los emboscaron, le dispararon a la camioneta y los quemaron a ella y a sus cuatro chicos ”, dijo LeBarón a Radio Fórmula. Algunos de los menores más consiguieron llegar caminando a su casa, aunque uno de ellos con herida de bala, mientras que al caer la noche miembros de la comunidad mormona acompañados de policías y militares trataban de localizar a otra menor que habría corrido al bosque para esconderse.
Interrogado sobre quiénes podrían ser los agresores, LeBarón dijo que el sitio donde se produjo el ataque es una “zona de guerra” donde actúan carteles de las drogas y todo tipo de “matones”. Pudo ser un “fuego cruzado o un error, no sabemos cuál es la causa”, añadió el activista, aunque asimismo reconoció que la comunidad había sido blanco recientemente de amenazas.
La zona donde se registró el ataque es una brecha cercana a un área montañosa y boscosa, donde la comunicación también se dificulta. En redes sociales, usuarios que se identifican como miembros de esta comunidad han compartido imágenes de las víctimas al tiempo que pedían rezar por las mujeres y sus pequeños.
Los LeBarón son parte de una comunidad de mormones acogida por México a finales del siglo XIX tras ser perseguidos en Estados Unidos por su tradiciones, en especial la poligamia. Con el recrudecimiento de la violencia ligada al narcotráfico, estas comunidades se vieron afectadas y Benjamín LeBarón, hermano de Julián, se convirtió en un activista al formar la organización SOS Chihuahua que denunciaba grupos criminales. Benjamín fue asesinado junto a su cuñado en julio de 2009 tras encabezar manifestaciones por el secuestro de su hermano de 16 años.
El ataque de ayer fue atribuido en principio a un grupo del crimen organizado que incluso bloqueó el acceso a la zona para evitar una posible intervención de las fuerzas de seguridad mexicanas. ■