CLAVES DE UNA CAUSA INTRINCADA
● El ex presidente Luis Inacio Lula da Silva está preso desde abril del 2018 en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, cumpliendo una condena de 8 años y 6 meses de prisión por corrupción y lavado de dinero determinada por el ex juez de primera instancia Sergio Moro. Ese fallo fue ratificado por el Tribunal Regional Federal 4 y luego por el Superior Tribunal de Justicia, de la tercera instancia.
● Se trata de un desprendimiento de la causa “Lava Jato” y tiene que ver con un lujoso departamento que supuestamente recibió de la constructora OAS en la ciudad balnearia de Guarujá, a cambio de contratos. La defensa rebate la acusación alegando que esa propiedad nunca fue ocupada por Lula y que además no está a su nombre.
● Lula se considera un “preso político”, víctima de una manipulación judicial para impedirle presentarse a los comicios presidenciales de 2018, en los que resultó elegido el ultraderechista Jair Bolsonaro.
● Su postura ganó fuerza cuando Bolsonaro designó ministro de Justicia al juez Moro, emblema de Lava Jato. Lula ve en esa designación una prueba de la parcialidad de Moro y exige la anulación del juicio.
● El prestigio de Lava Lato se vio erosionado con las filtraciones del portal periodístico The Intercept Brasil sobre conversaciones que parecen mostrar connivencias entre Moro y los fiscales de la investigación.
● El debate en el Supremo Tribunal Federal estaba centrado en si una pena de prisión tiene que empezar a cumplirse cuando es confirmada por un tribunal de apelación (segunda instancia), como sucede desde 2016, o solo cuando el acusado agota todos los recursos disponibles. El cambio de la norma obligará a examinar la situación de 4.895 personas, entre ellas Lula.