El ascenso ultraderechista preocupa en España al final de la campaña electoral
Es porque los sondeos le dan 15% de intención de voto. Y podría convertirse en la tercera fuerza del país.
A horas del fin de la campaña electoral en España, el ascenso en los últimos sondeos de la ultraderecha representada por Vox preocupa en los principales partidos aspirantes a presidir el Gobierno, después de una precampaña marcada por la situación de confrontación con el independentismo catalán y la lucha entre izquierda y derecha por arañar los últimos votos.
Desde el pasado lunes está prohibido publicar en España encuestas sobre la intención de voto para los comicios de este domingo, pero de forma no oficial se siguen elaborando sondeos que permiten conocer la intención de voto de los españoles.
Una de esas encuestas marca una subida de hasta el 15% en la intención de voto de la ultraderecha de Vox, lo que significaría, si se cumple el pronóstico, que sería la tercer fuerza tanto en sufragios recibidos como en diputados votados, con alrededor de 50 escaños para un total de 350.
Todas las encuestas publicadas hasta el momento muestran una gran igualdad entre el bloque de la centroizquierda y el de derechas, con ligera ventaja del primero, pero insuficiente para romper el bloqueo que llevó a unas nuevas elecciones tras las celebradas en abril pasado.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), volvería a vencer en las urnas, pero se vería obligado a pactar con las fuerzas independentistas o a buscar la abstención del conservador Partido Popular (PP) para seguir al frente del Ejecutivo.
El bloque progresista (el de los partidos de centroizquierda) sumaría 151-162 escaños y el bloque conservador (el de los de derechas) recibiría entre 147 y 160 legisladores, de acuerdo con el último sondeo, cuando la mayoría absoluta está en 176 escaños.
Los datos del sondeo avalan e incluso acentúan el descenso del los liberales de Ciudadanos, que podrían quedarse con entre 10 y 14 diputados de los 57 que tienen hoy. El PP perdería uno de cada cinco electores a favor de Vox, pero lo compensarían con el apoyo de una quinta parte de los votantes de Ciudadanos.
Ante el ascenso de la ultraderecha que indican los sondeos, Sánchez, como candidato socialista a la Presidencia de Gobierno español, endureció ayer jueves su discurso contra Vox, a la que llegó a tildar de partido “franquista”, en referencia al antiguo dictador español Francisco Franco.
En una entrevista televisiva, Sánchez volvió a hacer un llamamiento a todos los progresistas para que acudan a las urnas y consideró que los electores deben apostar el próximo domingo por acabar con el bloqueo, “frenar a los franquistas” y favorecer con su voto un “Gobierno fuerte”.
Sánchez advirtió de que Vox “se ha impuesto ideológicamente” y los partidos de la derecha, PP y Cs, han “engordado” a Vox con sus pactos con esa formación en comunidades autónomas y ayuntamientos.
El presidente en funciones reconoció que hay un “riesgo” real de que ese partido se convierta en la tercera fuerza política en España.
El miedo a un ascenso de la ultraderecha es uno de los principales argumentos del resto de partidos para movilizar al electorado español, cansado de tener que acudir a las urnas cuatro veces en los últimos cuatro años. La última remesa de sondeos indica que estas elecciones incrementarán la abstención, en línea con el descenso del 30% de la petición del voto por correo. Las previsiones sitúan la participación entre el 70 y el 72%, cuando en abril fue del 75,7%. Según la encuesta elaborada por el organismo estatal CIS, tras el debate televisivo celebrado en abril un 7% de los electores cambió de opinión.
Vencedor de las últimas elecciones, Sánchez se convierte en el único candidato con posibilidades de formar gobierno pero solo dispone de 123 diputados de 350, en un Congreso más fragmentado por la irrupción de Vox. En julio, su intento de ser investido fracasa por la abstención de Podemos, que juzga insuficiente la oferta de coalición ofrecida por el PSOE. Dos meses más tarde, Sánchez no consigue el apoyo de Podemos ni la abstención de Ciudadanos ni del PP en una hipotética sesión de investidura. Es ante ese bloqueo que se convocan las elecciones del domingo próximo. ■
Las encuestas indican que el PSOE ganaría otra vez pero sin poder formar nuevo gobierno.