Sobrevivió al nazismo, la amenazaron y le asignan una custodia en Italia
Es Liliana Segré, tiene 89 años y lucha contra la discriminación. Afirman que recibe 200 mensajes de odio al día.
Parece el colmo pero no lo es. A la senadora vitalicia italiana Liliana Segré, de 89 años, que fue llevada con su familia a los 14 años al campo de exterminio nazi de Auschwitz y sobrevivió, desde ayer jueves le ha sido puesta una escolta permanente de dos carabineros para protegerla. No es el colmo porque el deterioro de la sociedad italiana, con el aumento del odio y la intolerancia, seguirá empeorando. Pese a su avanzada edad, Liliana está siempre presente y promueve las iniciativas contra el racismo y la discriminación.
La sobreviviente del campo de los nazis recibe 200 mensajes de odio por día. “Judía, te detesto” es el más común y frecuente. La decadencia económica y la rabia han crecido paralelas en los últimos años en Italia y el populismo derechista liderado por Matteo Salvini, actual líder de la oposición y el político más popular del país, contribuye a hacer cada vez más sofocante el clima.
La decisión del Estado italiano de protegerla multiplicará el número de carabineros que la cuidarán en los actos o en cualquier lugar donde Segré se haga presente. Hace unos días fue a hablar ante numerosos estudiantes, un encuentro organizado por el sacerdote Don Rimboldi, su amigo y un popular defensor de los derechos humanos. Pero la policía descubrió frente al lugar del encuentro un enorme cartel contra la senadora de Forza Nuova, el más importante de los grupos fascistas, que apoyan abiertamente a Salvini. De inmediato, el Comité para el Orden público resolvió protegerla con una escolta armada y vigilancia las 24 horas del día.
“He pasado de ser una víctima del odio a convertirme en símbolo que molesta”, comentó Liliana Segré en Milán, donde habló en un encuentro titulado: “Del andén 21 a Auschwitz”. El andén 21 estaba reservado en la estación central de Milán a los prisioneros, sobre todo judíos, que eran llevados a los campos de concentración nazi. Hoy es un museo para la memoria que muchos parecen haber olvidado. La familia Segré fue llevada allí, proveniente de la cárcel principal de la ciudad, donde se juntaba a los hebreos cazados por los soldados nazis y sus colaboradores de la milicia fascista. Liliana es la única que sobrevivió de entre los suyos.
A las amenazas de muerte e insultos responde con ironía: “No sé por qué se preocupan tanto cuando a los 90 años la naturaleza se encargará pronto de mi destino final”.
Es una mujer extraordinaria que enfrenta con determinación las amenazas y sigue adelante. El líder del partido Democrático, Nicola Zingaretti, reclamó: “No debemos lavarnos las manos sino defenderla. Las amenazas son una señal terrible de un mundo que corre hacia atrás. Defender a quien ha atravesado el infierno ayer es un deber, pero también una derrota”.
Los ataques contra Liliana aumentaron después de que el Senado aprobara la propuesta de formar una comisión que lleva el nombre de Segré para confrontar contra el odio y la discriminación racial. La aprobaron 151 senadores, pero los 98 que representan a las derechas se abstuvieron.
“Mi sentimiento ante las abstenciones ha sido de un estupor profundo. El mío es el resultado de un llamado ético que hablaba a las conciencias, a las almas y a los cerebros de todo el sector político italiano, sin distinción de derecha o izquierda. Daba por descontado que el Senado lo habría acogido como un principio fundamental de civilización”.
“¿Quién decide qué es el racismo?” “¿Quiénes son los jueces supremos?”, dijo el senador Salvini al oponerse en el aula a la creación de la Comisión Segré. Este jueves comentó que el haber puesto bajo escolta a la senadora de 89 años “es gravísimo”. Agregó como explicación: “También a mí me han puesto bajo protección porque recibo amenazas y es igualmente grave”. “Cuando una democracia es frágil se pueden repetir situaciones del pasado”, le respondió Liliana Segré. “Y quien vive muchos años corre el peligro de ver cosas que no quisiera ver más”.
Su hijo, Luciano, agradeció la escolta. “Ahora tememos que haya una nueva avalancha de insultos en las redes sociales, ya que los que la odian ya antes se quejaban porque el Estado gastaba dinero para ella”, comentó. ■