Consenso, urgencia y ser de la casa inclinaron la balanza por Gorosito
El contrato está cerrado y asumirá el martes. “Las ganas de ‘Pipo’ estuvieron siempre”, dijo Tinelli.
Todo está hablado. Todo está acordado de palabra. Néstor Gorosito será desde el martes, luego de jugar con Tigre ante Chacarita el lunes, el nuevo director técnico de San Lorenzo. Marcelo Tinelli blanqueó que dialogó con el presidente Ezequiel Melaraña y con Sergio Massa, hombre fuerte siempre vinculado al club de Victoria, confirmó que el contrato con el DT está concretado y que restan detalles para cerrar oficialmente su llegada que podría anunciarse hoy.
“Cuando lo cerremos será anunciado. Gorosito podrá hablar tranquilamente y decir lo que él siente. Agradezco la buena voluntad de Tigre. Las ganas de Pipo estuvieron siempre”, aseguró Tinelli. Pero, ¿qué fue lo que llevó a la dirigencia de San Lorenzo a acelerar por el entrenador de 55 años y a aceptar la condición de Tigre de esperar hasta la semana próxima? Son cinco los factores importantes. • Consenso. De los cinco o seis nombres que se tiraron sobre la mesa, el de Gorosito fue el que logró el mayor consenso en la Comisión Directiva. Es un hombre de la casa. Querido por la gente. Y sus deseos de tomar de nuevo el equipo también fueron clave. Además, el aspecto económico jugó a su favor ya que su contrato está por debajo de nombres como los de Ariel Holan, Jorge Fossati o Mauricio Pellegrino y en Boedo vienen de técnicos caros que no dieron resultados. • Necesidad y urgencia. “Había téc
nicos que nos gustaban y mucho, pero no había mucho tiempo para estar evaluando a cada uno. Si hubiéramos sacado un buen resultado en la cancha de Independiente por ahí todo cambiaba. Los resultados mandan. Después de eso nos quedamos con la sensación de que el técnico tenía que venir lo antes posible”, se sinceró Tinelli. La idea era analizar con un mayor detenimiento. Tal vez, si San Lorenzo no perdía en Avellaneda el domingo hubiera continuado la dupla interina, Gorosito no hubiera arreglado y la mira se hubiese corrido hacia otro lado. La derrota precipitó todo y obligó a actuar con apuro. El equipo necesita repuntar de inmediato. Se trajeron muchos jugadores, se quedó afuera de la Copa Libertadores y se alejó de la pelea de la Superliga. Retornando a la senda del triunfo y encontrando una regularidad podría volver a meterse en el lote de punta. • El promedio que viene. “Estamos muy lejos de estar como en 2012, pero estamos preocupados y ocupados”, dijo el vicepresidente. Las últimas flojas campañas hicieron adelgazar el promedio de San Lorenzo. Si el torneo terminara hoy, la próxima temporada lo encontraría en zona de descenso. Es cierto que todavía falta muchísimo por delante, pero saben en Boedo que no pueden desperdiciar más puntos. • Un ambiente picado. La muestra de que la paciencia de los hinchas se terminó estuvo en la derrota ante Defensa y Justicia en un Nuevo Gasómetro que implosionó con insultos para todos, incluyendo al presidente Matías Lammens. Se trató de instalar la idea de que los directivos, ocupados con sus asuntos personales, descuidaron al club. Y estirar la contratación de un DT podría alimentar esa mirada. El anuncio de un acuerdo ayudó a descomprimir.
• La rosca política. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y el oficialismo quiere evitar darle de comer a la oposición. El mal clima por los desencantos deportivos sobrevuela y no ocuparse de inmediato de la contratación de un entrenador profundizaría el malestar y jugaría a favor de las otras tres listas, que igualmente se quejaron porque no fueron consultadas de la decisión. ■