Clarín

Celebrando todos estos años

La cantante repasa su medio siglo de carrera. Desde hoy presenta un nuevo espectácul­o en el Maipo Kabaret.

- Sandra Commisso scommisso@clarin.com

“Tengo un gran privilegio, y es el de pertenecer a la generación de los ‘60”, dice Marikena Monti. La cantante comenzó su carrera hace más de cinco décadas junto a los jóvenes extravagan­tes del Instituto Di Tella y hoy sigue pisando escenarios con la misma pasión. “Fue una década que marcó una búsqueda por ir a cosas más profundas. Fue algo apasionant­e, con mucha libertad, a pesar de lo que ocurría políticame­nte”, dice.

En esos años compartió experienci­as con personajes como Jorge de la Vega, Jorge Schussheim, Marilú Marini y Marta Minujín. “De la Vega era un visionario, tenía una obsesión con la comunicaci­ón y fue un placer ser parte de ese mundo. Artista es una palabra muy grande que se usa con mucha liviandad. A mí me interesa comunicar, tender puentes con la gente. Me interesan los seres humanos, el contacto con el otro, estamos para observar y observarno­s”.

El Di Tella fue un símbolo, un gran laboratori­o de experiment­ación artística. “Fui descubrien­do autores y compositor­es y comprendí que mi repertorio iba a marcar mi carrera”, asegura. Marikena compartió escenarios y trabajos con Astor Piazzolla, Susana Rinaldi, Amelita Baltar y con el Polaco Goyeneche, a quien recuerda especialme­nte. “Esta profesión me permitió acercarme a gente fantástica como él. Goyeneche era un cantante fenomenal”.

Antes de sumarse a la impresiona­nte ola artística que generó aquel grupo, Marikena no pensaba en dedicarse a cantar. Por entonces era una adolescent­e, recibida de profesora de piano a los 16, que antes de cumplir 18 se fue a vivir en París con sus tíos. “Fue una época clave, en una edad clave”, asegura. Por entonces, quería beberse el mundo. Empezó a tocar la guitarra y a cantar, pero sin soñar con ser profesiona­l. Era como un acto reflejo del gusto que le despertaba­n los intérprete­s como George Brassens, Jacques Brel, Gilbert Becaud, Juliette Greco, entre otros y, por supuesto, Edith Piaf.

Curiosamen­te, a Marikena que ha sido comparada con el Gorrión de París, no era la voz que más le llamaba la atención. “Siempre iba a escuchar los shows de los otros cantantes, pero a Piaf sólo la vi por televisión dos veces. Y recuerdo que lo que más me impresionó era la mirada de amor que ella tenía hacia su marido, Théo Sarapo”, recuerda. “Fue tan fuerte que aún lo tengo grabado en mi memoria”. Al poco tiempo, Piaf murió.

De regreso a Buenos Aires, a fines de los ‘60, se unió a TUFA (Teatro Universita­rio Franco-Argentino) y fue compañera de Mónica Cahen D’Anvers y Claudia Lapacó, entre otras, con quienes compartía los mismos orígenes franceses. “Era fascinante. Y ahí decidí que quería ser cantante profesiona­l”.

Con un estilo muy particular, siempre estuvo buceando en diversos autores, algunos antes de ser consagrado­s. Fue la primera cantante argentina que grabó un tema de Joan Manuel Serrat. Fue en 1969, con la Balada de otoño. Y en 1974 interpretó el tema de la película La Mary, de Daniel Tinayre, que protagoniz­aron Susana Giménez y Carlos Monzón. “No me he dedicado sólo a un género. Ahora es más común el cruce y pasar de un estilo a otro, pero entonces no era tan frecuente. O hacías melódico o folclore. Aún sigo en esa búsqueda de identidad artística”.

Repasando y recortando anécdotas, su nuevo espectácul­o Hoy como ayer... Marikena Monti, que dirige Fabiana Maneiro, tiene el foco en ese recorrido ecléctico, con algo de humor. Desde hoy se presentará tres viernes más en el Maipo Kabaret. “Estoy en otra etapa como intérprete, pero la vigencia tiene que ver con nunca dejar de buscar”. El público se va encontrar con canciones de Jorge de la Vega, Jorge Schussheim, Eladia Blázquez, María Elena Walsh, Alberto Cortez, Alfonsina Storni, Jacques Brel, Chico Buarque, además de tangos legendario­s de Aníbal Troilo y Homero Manzi, todos recreados por su voz. “Quiero que el espectácul­o sea una celebració­n de todos estos años, algo compartido con el público que es lo que más valoro”. ■

 ??  ?? Privilegia­da. Así se siente la artista, que vivió a fines de los ‘60 la eclosión del Di Tella y el Café concert.
Privilegia­da. Así se siente la artista, que vivió a fines de los ‘60 la eclosión del Di Tella y el Café concert.

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