Un año de idas y vueltas en la causa por el patrimonio del ex juez Oyarbide
Los jueces Canicoba Corral y Ercolini fueron excusándose y rechazando el caso. Podría definir la Cámara.
En diciembre se cumplirá un año desde que el fiscal Jorge Di Lello le pidió al ex juez Norberto Oyarbide que brinde explicaciones sobre su patrimonio, en una causa por presunto enriquecimiento ilícito. El controvertido ex magistrado nunca respondió. Desde entonces, el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral se excusó de conducir la causa por haber indagado a Oyarbide en la década de los 90 por el escándalo del prostíbulo Spartacus, y el expediente recayó en manos de su par Julián Ercolini. Pero él también lo rechazó. Ahora, si Canicoba finalmente la suelta, la Cámara Federal porteña decidirá qué juez se quedará con la investigación.
La causa se encontraba en el juzgado 12 que pertenecía a Sergio Torres, quien este año asumió como juez de la Corte Suprema bonaerense.
El juez Rodolfo Canicoba Corral quedó subrogando su juzgado. Pero después de que el fiscal Di Lello reiteró el requerimiento de justificación de bienes de Oyarbide, el magistrado se excuso de continuar interviniendo en el expediente. ¿El motivo? Que lo había llamado a indagatoria en la década de los 90, cuando Oyarbide quedó envuelto en el escándalo del club nocturno Spartacus. Entonces, el ex juez quedó sobreseído.
Por sorteo, el caso fue a parar a manos del juez Julián Ercolini, quien consideró que el argumento de Canicoba no era suficiente para abandonar el expediente, y se lo devolvió. Además, se indicó que la la investigación se encuentra delegada en la fiscalía, que es la que está requiriendo explicaciones a Oyarbide.
Según fuentes judiciales, formalmente el caso sigue en la oficina de Canicoba, pero desde allí afirman que no permanecerá. Si eso ocurriera, para acabar con los idas y vueltas será la Cámara Federal porteña la que defina qué juez deberá investigar el patrimonio del ex titular del Juzgado 5.
En estos meses, la fiscalía ya realizó dos requerimientos para que Oyarbide brinde explicaciones sobre su patrimonio. En diciembre se cumplirá un año desde que Di Lello firmó el primero. El ex juez nunca dio respuestas.
Además, el tiempo transcurre sin avances porque, pese a que la causa se encuentra delegada en Di Lello, el fiscal no puede avanzar con otras medidas pues el expediente lo tiene Canicoba Corral, y aunque Di Lello pidió en tres oportunidades que se lo devuelva, aún no lo hizo. Otra infeliz coincidencia.
El requerimiento de justificación del patrimonio de Oyarbide se formuló “en función de las irregularidades detectadas en su entorno, concretamente en lo referente al crecimiento patrimonial de Claudio Blanco y Ariel Roperti, de quienes se presume se vinculan al ex juez en calidad de testaferros”. Para la fiscalía “hay sobrados elementos que acreditan estas incongruencias financieras” y por ello la investigación “continúa su curso a partir de un gran cúmulo de información que se obtuviera a partir de un profundo análisis de todas las constancias documentales que se recolectaron en la causa”.
Claudio Blanco fue pareja del controvertido ex magistrado, y Ariel Roperti su contador. Los investigadores consideran que ambos oficiaron de testaferros del ex juez.
Según pudo reconstruir el fiscal, el patrimonio de Oyarbide creció de manera exponencial: en 2010 fue de 22.874,75 pesos; 2011 de 28.281,82; 2012 de 25.233,81 pesos; 2013 de 9.569,14; en 2014 de 203.229,11 pesos; en 2015 de 466.423,68; en 2016 de 734.770,34; y en 2017 de 269.907,02 de pesos.
En su escrito, Di Lello señaló que “las lujosas características de la vida del ex juez federal se contraponen con los datos que de momento se recabaron sobre su patrimonio, el cual registra como única fuente de ingresos el sueldo mensual que recibía por desempeñarse” como juez federal.
Hay una notoria contradicción, que marca el fiscal, entre el “estilo austero” que reflejaba Oyarbide en los bienes registrados y “el reflejo de su estilo de vida en las notas periodísticas que dan cuenta del uso por parte del nombrado de joyas Bulgari, sus almuerzos y cenas en el exclusivo Restaurante El Mirasol, su asidua presencia en el spa Colmegna”. ■