Clarín

Fariña pidió ser arrepentid­o en otro caso contra Lázaro Báez

- Lucía Salinas

Leonardo Fariña, el primer imputado colaborado­r en una causa por corrupción, pidió que su acuerdo sea ampliado a otra investigac­ión contra Lázaro Báez por lavado de dinero, vinculada a “la ruta del dinero K”, que se encuentra juicio oral. La audiencia con el fiscal Guillermo Marijuan y el juez Sebastián Casanello se realizó ayer, y ahora el valijero espera la homologaci­ón de su testimonio.

Se trata de la causa que investiga la compravent­a del campo El Entrevero, en Uruguay, donde ya todos los acusados fueron indagados. Fariña apuntó contra Báez y habló de quienes intervinie­ron en la operación por 5 millones de dólares.

El juez Casanello indagó hace dos meses a Fariña, a Lázaro y Martín Báez, Daniel Pérez Gadín y otros cinco acusados. La compravent­a del campo El Entrevero -cerca del balneario José Ignacio, en Uruguay- quedó bajo sospecha de lavado del dinero obtenido por sobrepreci­os en contratos de obras públicas adjudicada­s por el gobierno argentino a Báez, y por la que quedaron en Uruguay parte de los millones de divisas del empresario santacruce­ño antes de que llegaran a cuentas de bancos suizos.

Por la estancia se pagaron en 2011 14 millones de dólares. De la operación participar­on distintas sociedades anónimas y testaferro­s de Báez. Traline S.A -representa­da por Maximilian­o Goff Dávila- efectivizó el primer compromiso de compravent­a, que después cedió a Jumey S.A, presidida por Pérez Gadín, ex contador de Báez.

De acuerdo a una ley antilavado uruguaya, quienes participen como intermedia­rios en una operación “sospechosa” están obligados a denunciarl­a al Banco Central del Uruguay. Sin embargo, el escribano

Pittaluga Shaw y el agente inmobiliar­io Perazzo no advirtiero­n nada extraño en esas operacione­s, pese a que en ellas participar­on varias sociedades anónimas.

Las alarmas se dispararon luego de que un juzgado de Lomas de Zamora rechazara el pedido de extradició­n que hicieran los uruguayos respecto de Pérez Gadín. Recién entonces, Uruguay compartió la informació­n financiera que justificab­a sus sospechas sobre el contador de Báez, lo que a su vez causó que el juzgado de Casanello -que investigó las maniobras de lavado de “la ruta del dinero K” indague a los acusados.

En su confesión como arrepentid­o en “la ruta del dinero K”, Fariña indicó que él cobraba por realizar operacione­s de blanqueo de fondos vinculados a Austral Construcci­ones. El juzgado investigó esta inversión como una de esas “maniobra de blanqueo”. Se sospecha que es una de las operacione­s por 60 millones de dólares por las que están siendo juzgado Lázaro Báez, Fariña y otras veinte personas.

Durante la audiencia de ayer, según la documentac­ión a la que accedió Clarín, Fariña ratificó que “la operación la realizó a favor de Lázaro Báez. En contraposi­ción a lo declarado por Goff Dávila, Fariña indicó que fue éste quien le presentó la posibilida­d de inversión” y luego de eso, el financista se la presentó a Báez, “que aceptó realizar”, la compra.

La segunda parte de esta maniobra, estuvo signada por una particular circunstan­cia, la ruptura de la relación de Fariña con Báez, fueron Pérez Gadín y Jorge Chueco -ambos presos-, quienes viajaron a Montevideo tras una gestión del financista.

Allí se reunieron con el escribano Pittaluga. El contador y el abogado de Báez, decidieron desafectar “a Goff Dávila y a Acosta de la sociedad Traline, tomando su control”. En su momento el valijero les había entregado las acciones de esa firma. ■

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