Los conflictos en la región y en Cataluña, en el menú de la cena con Serrat y Sabina
Alberto Fernández volvió a su costumbre de charlar con artistas. Pero esta vez no hubo música.
Primero, fue Jorge Drexler en España, con quien repitió en México. Luego, siguió con Gustavo Santaolalla en la casa de Daniel Filmus, en el barrio de Saavedra, todo regado con la yerba y los vinos del músico argentino radicado en Estados Unidos.
Ahora, la cita musical fue más casera: Alberto Fernández se juntó con Joan Manuel Serrat y con Joaquín Sabina.
Esta vez no hubo guitarreada sino una cena en un hotel porteño donde estuvo, una vez más, la pareja del presidente electo, Fabiola Yáñez.
El nacido en Barcelona y el nacido en Úbeda lo habían invitado a su concierto “No hay dos sin tres” que brindaron el viernes de la semana pasada en el flamante microestadio porteño de Villa Crespo. Pero el próximo mandatario tenía ese día la cena con los integrantes del Grupo de Puebla, que se juntaron en la Ciudad de Buenos Aires, como la brasileña Dilma Rousseff, el paraguayo Fernando Lugo, el colombiano Ernesto Samper y el chileno Marco Enríquez-Ominami.
Alberto Fernández tenía ya una relación con Serrat: “Conozco al ‘Nano’ hace mucho, cuando viene solemos vernos”, contó a Clarín.
El catalán le explicó a Sabina quería conocerlo y así, se produjo el encuentro en un salón privado del Hotel Madero.
“Joaquín resultó ser un tipo magnífico, tan profundo como divertido, aseguró Alberto F., quien comparte amistad en común con la cantante tanguera Adriana Varela.
“Pero no llevé guitarra esta vez”, ironizó el futuro Presidente tras relatar el encuentro.
La charla abordó los actuales problemas en Bolivia y Chile, el triunfo de los socialistas en España, la pelea independentista en Cataluña, así como lo que se viene en la Argentina, donde el tema económico asoma como el más delicado.
El presidente electo había sido invitado al recital del dúo español, pero no pudo asistir.
Participaron de la velada -de casi 4 horas- pocas personas: además de su pareja Fabiola, estuvo Miguel Cuberos, amigo y hombre que se encarga de los desembarcos de Alberto tanto en el exterior como en el país, y que mantiene relaciones aceitadas con artistas y mujeres y hombres de la cultura. También participó Fernando “Chino” Navarro, quien suena como posible funcionario de relevancia del próximo gobierno y que se define como un “loco de Serrat”. ■