Clarín

Lula libre: encuentros políticos y planes para enfrentar a Bolsonaro

Primera semana. Tras dejar la cárcel, el viernes pasado, el ex presidente brasileño se reunió con líderes del Partido de los Trabajador­es en varias ciudades. Su estrategia.

- BRASILIA. CORRESPONS­AL Guido Nejamkis gnejamkis@clarin.com

Una semana en libertad, cuatro ciudades recorridas, reencuentr­os políticos y personales, y una estrategia definida: confrontar la política económica liberal del presidente Jair Bolsonaro más que al propio mandatario y lograr que la justicia anule los ocho procesos judiciales en su contra, entre ellos dos con condenas por corrupción y lavado de dinero.

Libre, con 74 años e impedido de postularse a un cargo electivo debido a que una de sus condenas fue ratificada por un tribunal de segunda instancia y de esa manera quedó alcanzado por la ley de Ficha Limpia, el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ya menciona nombres de su Partido de los Trabajador­es (PT) para disputar la presidenci­a en el 2022: Fernando Haddad, ex ministro de Educación, ex alcalde de San Pablo y postulante en el 2018, y Rui Costa, reelecto gobernador de Bahía.

Lula también tuvo tiempo para retomar la agenda internacio­nal. Habló con Bernie Sanders, a quien declaró su apoyo en la carrera presidenci­al de EE.UU., con los ex presidente­s de Argentina, Chile y Paraguay Eduardo Duhalde, Ricardo Lagos y Fernando Lugo, y con el mandatario electo Alberto Fernández, al que agradeció su compromiso en la campaña internacio­nal por su liberación.

“Quiere ir a Argentina pronto, pero aún no confirmó su asistencia a la asunción de Alberto Fernández”, dijo a Clarín un íntimo colaborado­r de Lula, que acompañó al ex presidente en el periplo por Curitiba, San Pablo, Salvador y Recife, que el ex mandatario realizó tras dejar la cárcel en la que permaneció 580 días.

Lula rechaza la posibilida­d de respaldar a un candidato extraparti­dario y también la de realizar cualquier autocrític­a por la corrupción en la que cayó su agrupación, puesta en evidencia primero por el Mensalao, los pagos mensuales a legislador­es para comprar apoyo en el Congreso, y luego el Petrolao, que la operación Lava jato expuso con crudeza al mostrar la promiscuid­ad entre poder público e intereses empresaria­les y su acuerdo de asalto al Estado.

“Nuestro partido tiene que salir más fuerte, más dispuesto a pelear. Polariza quien disputa el título. Un partido sólo crece cuando disputa”, dijo el ex presidente en Salvador, donde ayer participó de una reunión de la dirección de su agrupación. Antes de viajar a Recife, donde el domingo encabezará un acto, afirmó: “El PT no nació para ser un partido de apoyo”.

Allí, en ese momento de reencuentr­o con el partido por el que disputó cinco veces la presidenci­a de Brasil (1989, 1994, 1998, 2002 y 2006), preguntó: “¿Ustedes ya vieron a alguien pedirle a FHC (el ex presidente Fernando Henrique Cardoso) que haga una autocrític­a?”. Y agregó: “Quien quiera que el PT haga autocrític­a, que haga la crítica. Quien es oposición critica, existe para eso. En la duda, defendemos a nuestro compañero”.

Para el analista político Alberto Carlos Almeida, autor del best-seller “La cabeza del brasileño”, Lula está haciendo lo que siempre hizo, aún en las condicione­s más adversas: política. “Lula es Napoleón. En política nunca se retire, nunca se retracte, nunca admita un error. Es así”, dijo.

Otros analistas creen que, tras “hablar con el hígado” en sus primeros discursos, en los que descargó “su bronca” por los días en prisión, Lula planea comenzar a dirigir mensajes de tono “centrista y moderado”.

Ese tono fue el que adoptó en 2002, cuando el PT abandonó su retórica socialista y, junto a una alianza con un magnate textil de centro-derecha, pavimentó su llegada al poder luego de tres intentos frustrados. El primer discurso en modo “Lulinha paz y amor” será el 22 de noviembre en un congreso del PT en San Pablo.

Allí, en paralelo a su batalla legal por la anulación de los procesos en su contra alegando la supuesta “parcialida­d” del magistrado que lo juzgó, el hoy ministro de Justicia Sergio Moro, Lula intentará reconstrui­r puentes con empresario­s y electores de clase media. El destinatar­io de sus principale­s críticas no será Jair Bolsonaro, sino el ministro de Economía, Paulo Guedes, al que ya acusó de ser un destructor de empleos por su política de privatizac­iones, desregulac­iones y apertura de la economía.

La primera gran batalla del PT con Lula libre será intentar reconquist­ar alcaldías en las elecciones municipale­s de 2020. ■

El ex presidente busca que la Justicia anule los ocho procesos en su contra por corrupción

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina