Aplican inteligencia artificial para cuidar el agua y “ganarle” al cambio climático
En el Valle Inferior del Río Chubut, donde se concentra casi la mitad de la población de la provincia, la agricultura es el motor productivo y el agua es un recurso fundamental para regar los cultivos. Para cuidar el agua y “ganarle” al cambio climático, tres científicas de Puerto Madryn usaron inteligencia artifical con el que podrán crear un mapa de cultivos e identificar el tipo de prácticas que hay en cada parcela.
El trabajo permitirá evaluar cómo el impacto del cambio climático junto a los cambios en el uso del suelo puede afectar la calidad y cantidad de agua, contribuyendo a una mejor planificación de los recursos naturales y gestión del territorio.
La empresa Microsoft Argentina, impulsora de la investigación, presentó esta semana los resultados de la primera etapa de una investigación realizada por Ana Liberoff, Natalia Pessacg y Silvia Flaherty, tres científicas argentinas beneficiaras del programa AI for Earth (para la tierra). Durante un año usaron Inteligencia Artificial (IA) y redes neuronales con el propósito de crear un mapa de uso y cobertura del suelo para el Valle Inferior del Río Chubut, a partir de imágenes satelitales.
Las sequías, los incendios forestales, la muerte de especies animales y vegetales, los desbordes de ríos y lagos, los pueblos enteros que deben escapar de sus tierras porque se vuelven invivibles, son algunas de las manifestaciones concretas que todos los días advierten que el cambio climático es una realidad urgente. Estos fenómenos naturales han afectado a la provincia de Chubut en su extensa y dispersa geografía a través de los años. Y dejaron, muchas veces, daños naturales irreparables.
De acuerdo con estudios previos realizados por las científicas se estima un aumento de temperatura mayor a 1,5 grados centígrados y una disminución de la precipitación de entre 10 y 30% para la cabecera de la cuenca del Río Chubut (desde ya la Patagonia tiene un clima muy seco y con pocas precipitaciones anuales) lo que se traduce en una disminución de la producción de agua media anual de entre un 30 y un 40% para el periodo 2071-2100.
Se trata de un área clave en la provincia y en la Patagonia ya que la mitad de la población de Chubut se concentra en la cuenca. Son 300.000 habitantes distribuidos mayormente en las ciudades de Trelew, Rawson, Gaiman, Dolavon y Puerto Madryn, que si bien está (ésta última) a 70 kilómetros del Rio Chubut, toma agua de éste para el consumo humano e industrial. En el Valle Inferior del Río Chubut (VIRCh), donde vive un alto porcentaje de la población, la agricultura es el motor productivo y el agua es un recurso fundamental para regar los cultivos.
Las tres científicas viven en Puerto Madryn. Ana y Natalia pertenecen al equipo de investigación del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) que depende del CONICET y Silvia a la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Desde hace seis años trabajan en la investigación de los servicios ecosistémicos que son aquellos que la naturaleza le brinda a la sociedad (como por ejemplo el suministro de agua limpia), de gran relevancia e impacto en la calidad de vida de las personas.
Uno de los objetivos del mapa es contar con tendencias de cambio de uso de suelo combinadas a cambio climático. Los efectos de éste sumados a la transformación en la cobertura del suelo pueden afectar la cantidad y calidad del agua del río. El 80 por ciento del agua del río se utiliza para el sistema agrícola ganadero, por eso, es muy importante la eficiencia del riego y estudiar qué se siembra y qué no en cada lugar. Para lograrlo se necesita tener un mapa de cultivos e identificar el tipo de prácticas que hay en cada parcela. Eso solo ha sido posible, y mucho más preciso, a partir del uso de Inteligencia Artificial e imágenes satelitales.
Los feedlots, los lugares de engorde para vacas, fueron también estudiados. Los desechos que generan si no están bien controlados, confluyen en los canales y ríos. Contar con un mapa de este tipo permitirá definir cuáles son las zonas adecuadas y menos perjudiciales para ubicar los feedlot. La aplicación de inteligencia artificial vuelve al proyecto único en la Patagonia. ■