Clarín

Guillermo Farías

Femicida.

- Otro femicidio

Natalia Bandiera se había separado de él. Había sido violento con uno de los hijos de ella, y lo denunció. Pero el violento personaje fue por más y el domingo la mató de al menos tres disparos. Está detenido.

A Natalia Bandiera (42) la conocieron cantando. En festivales de Necochea, restoranes o eventos solidarios, ella se ponía su sombrero y empezaba el show. Hace tiempo dejó de hacerlo y se dedicó a la venta de ropa en su casa. Este domingo, Guillermo Farías (44) la mató de al menos tres disparos y se atrincheró cuatro horas. Ahora está detenido y tiene que declarar.

Para sus amigas, era Farías, su pareja, quien no la dejaba cantar: los celos y la violencia fueron creciendo en el último tiempo. Un día antes del crimen, Natalia advirtió a sus clientas que estaba asustada. “Tenía miedo. Se había separado y él la amenazaba. El sábado estaba toda su familia con ella, se ve que esperó a que no estuvieran”, confió una amiga en diálogo con Clarín.

Después de que Farías fuera violento con uno de los hijos de Natalia, ella realizó la denuncia: el 8 de noviembre advirtió la situación a la Policía y se fue del hogar que compartían. Estuvo en la casa de una amiga hasta que decidió regresar.

Fuentes policiales confirmaro­n a Clarín que Natalia fue a la primera audiencia en el Juzgado de Familia N°1, como tenía pautado, el 11 de noviembre, pero se retiró antes de que la atendieran. La reprograma­ron para el día siguiente, pero no se presentó. Natalia tenía tres hijos, Gian (21), Santiago (15) y Emma (12), la menor producto de su relación de Farías.

En su casa de Calle 100 al 4200, en Los Tilos 3, un barrio de Necochea, estaba la mujer junto a su hija y una sobrina. Alrededor de las 16 Farías llegó y empezó a amenazarla. “Los primeros indicios determinan que disparó desde la ventana. El primer disparo fue a quemarropa, a muy corta distancia, a la altura del estómago. El segundo en la cabeza, entre el pómulo y la sien; y un tercero con orificio de entrada en la zona de la axila”, explicó el fiscal Eduardo Núñez, a cargo de la investigac­ión.

Además, la autopsia detectó un roce en el cuello que “podría ser un cuarto impacto”. Para el fiscal, “el despliegue de violencia no hace más que probar que se trató de un homicidio premeditad­o en el marco de violencia de género”.

Farías era empleado de seguridad en un boliche. El domingo, después de cometer el crimen, estuvo encerrado en la casa y “salía poniéndose el arma en la cabeza, amenazaba con dispararse”, según detallaron los investigad­ores. Incluso, tiró contra una mujer policía que acudió ante el llamado del 911.

Según los primeros testimonio­s, la hija de la pareja habría presenciad­o el momento del primer disparo, pero logró escapar junto a su prima.

Walter, un vecino, escuchó los gritos de la nena que pedía ayuda y lloraba sin parar: “Salí porque la nena gritaba. No había visto que Guillermo tenía un arma. Le dije que no haga más locuras. Ahí él me dijo ‘quedate tranquilo que no te voy a hacer nada. Lo único que llamá a la policía porque maté a la mamá’. Entonces entré y llamé al 911”, relató el hombre. ■

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 ??  ?? Violencia. Guillermo Farías y Natalia Bandiera. Él la amenazaba, ella le temía y lo había denunciado.
Violencia. Guillermo Farías y Natalia Bandiera. Él la amenazaba, ella le temía y lo había denunciado.

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