EE.UU. advierte a Irán que no ataque sus intereses en Irak: “Lo lamentarán”
Lo aseguró el jefe del Pentágono, Mark Esper, tras el ataque del domingo a la embajada en Bagdad.
El jefe del Pentágono, Mark Esper, advirtió ayer a Irán que, si prosigue con su campaña de provocaciones contra intereses de EE.UU., “lo lamentará” ya que están preparados para replicar con extrema dureza cualquier ataque. La reacción ocurrió tras el intento de asalto a la embajada en Bagdad registrado el último martes.
“Probablemente lo lamentarán, y estamos preparados para ejercer la defensa propia y detener más comportamientos ofensivos por parte de estos grupos, todos los cuales están respaldados, dirigidos y financiados por Irán”, dijo Esper en un encuentro con los periodistas en el Pentágono.
Asimismo, subrayó que EE.UU. “tomará acciones preventivas” si se detecta la inminencia de un ataque.
Junto a Esper compareció ante los periodistas el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, quien destacó la robustez de las fuerzas estadounidenses. “Estamos muy confiados en que la integridad de la embajada es fuerte y que es altamente improbable que sea sobrepasada físicamente por cualquiera, hay suficiente poder de combate allí, aéreo y terrestre, por lo que cualquiera que intente ingresar se topará con una sierra eléctrica”, dijo Milley.
En los últimos días, Washington ha reforzado la embajada en la capital iraquí con un contingente de “marines” y ha desplegado casi un millar de tropas adicionales en su base en el vecino país de Kuwait en caso de que la situación se agrave.
La embajada en Bagdad ha suspendido sus actividades consulares hasta nuevo aviso después del asalto de este martes contra sus instalaciones por parte de seguidores y miembros de la milicia Multitud Popular, integrada principalmente por shiítas proiraníes.
El pasado 27 de diciembre, un ataque con más de 30 cohetes contra la base militar K1 de Kirkuk, en el norte de Irak, provocó la muerte de un contratista estadounidense y dejó varios heridos entre los militares estadounidenses e iraquíes que se encontraban en las instalaciones.
El Pentágono considera que la milicia shiíta Kata’ib Hezbollah (KH) es responsable de los ataques que, desde mediados de octubre, tienen como objetivo bases militares e instalaciones gubernamentales donde se encuentra personal estadounidense que apoya al Ejército iraquí.
En respuesta a la primera víctima mortal, el Pentágono llevó a cabo “ataques defensivos” en Irak y Siria contra la KH, que causaron la muerte de al menos 25 personas, de acuerdo con las milicias progubernamentales Multitud Popular, integradas principalmente por shiítas.
Cientos de simpatizantes y miembros de milicias shiítas reaccionaron al ataque y asaltaron la Embajada estadounidense en Bagdad, dos días después de que Washington atacara posiciones de esas milicias.
Unidades de élite iraquíes fueron desplegadas ayer para reforzar la seguridad de la embajada de Estados Unidos en Bagdad.
Según periodistas de la AFP en el lugar, unos 10 vehículos blindados de las unidades de élite antiterroristas iraquíes tomaron posiciones en las carreteras que conducen a la embajada y a la cancillería.
El vestíbulo, donde la seguridad de la embajada suele filtrar a los visitantes, está destrozado, sus paredes incendiadas y sus cristales blindados rotos en mil pedazos. En los muros de la representación de Estados Unidos, enemigo de Irán, siguen apareciendo grafitis pro-Irán.
Ayer, las grúas transportaban los escombros y limpiaban las piedras y otros proyectiles que los combatientes y partidarios iraquíes pro-Irán lanzaron martes y miércoles contra la embajada, para denunciar ataques aéreos estadounidenses contra una facción armada iraquí pro-iraní, el domingo pasado. ■
En los últimos días, EE.UU. reforzó la embajada en Bagdad con grupos de marines.