El Presidente visitó una capilla parisina y le baja el tono a la tensión con la Iglesia
En el último día de su gira europea, Alberto Fernández volvió a ingresar a una iglesia después de visitar al Papa y un día después de anunciar explícitamente que enviaría un proyecto al Congreso para legalizar el aborto. En su único día libre en París, el Presidente visitó junto a toda la delegación argentina Sainte Chapelle, la imponente capilla gótica situada en la Isla de la Cité y donde se exhibe la reliquia de la corona de Jesús.
Podría haber sido un nuevo gesto para la Iglesia del jefe de Estado, pero acaso haya sido una justificada visita a una atracción turística que merece la pena ser vista, tal como hacen millones de turistas por año. De hecho, cerca del mandatario argentino no creen que sus dichos sobre la interrupción del embarazo hayan provocado una reacción en el Vaticano.
El mandatario argentino se molestó con las interpretaciones y trascendidos que hablan de un nuevo y presunto malestar de Francisco por el anuncio de Fernández.
El Presidente, según comentaron varios integrantes de la comitiva, se irritó por las publicaciones que dieron cuenta de la misa contra el aborto que se oficiará en la Basílica de Luján el 8 de marzo, tal como reveló Clarín (ver página 3). Fernández recordó frente a uno de sus funcionarios que esa celebración ya estaba prevista y que sirve como un modo de respuesta a los actos de agrupaciones feministas en el Día de la Mujer y que a veces culminaron con algunos actos vandálicos contra la Catedral, cuya violencia el Presidente no acompaña.
Alberto también se sorprendió por el revuelo que generaron sus declaraciones en la casa de estudios parisina donde se formaron, entre otros, los mandatarios franceses Emmanuel Macron y Jacques Chirac. “Perdónenme, pero la hipocresía nunca se llevó bien conmigo. Por eso he propuesto mandar una ley que termine con la penalización del aborto y permita la atención de cualquier aborto en un centro público”, sentenció.
Sin embargo, en el entorno del mandatario remarcaron que no hubo ninguna premeditación de volver a poner el tema en agenda después de los cortocircuitos comunicacionales con el Vaticano sobre los contenidos de las charlas del Presidente con el Papa y con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
“No dijo nada nuevo, simplemente contestó una pregunta”, explicaron en la comitiva. En efecto, fue el moderador de la charla quien consultó al mandatario al respecto antes de las preguntas de los estudiantes. El auditorio de estudiantes apoyó a rabiar al Presidente por sus dichos sobre la legalización del aborto.
El contrapunto con la Iglesia -que en Presidencia insistieron en que no fue tal- se produjo apenas horas después de que el Papa brindara un apoyo explícito en el seminario en la Academia Pontificia de Ciencias Sociales en el Vaticano, donde asistieron el ministro de Economía Martín Guzmán, el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz y la titular del FMI Kristalina Georgieva. “(Las palabras de Francisco) no me sorprendieron, porque en la charla privada que tuve con él hablamos de la Argentina, y la verdad es que tenemos una visión muy parecida sobre lo que le pasa a la Argentina en materia económica y social. A mí no me sorprendió, pero me alegró que sus palabras fueran públicas. Me alegró que, además de haberlo oído yo, lo hayan oído otros, pero no me sorprendieron”, le dijo a Clarín.
En la delegación argentina en París compartían el diagnóstico y fueron más allá. “No queremos hablar del tema, simplemente tratamos de no hablar del tema, pero le preguntaron; nada más”, insistió uno de los funcionarios de la comitiva.
En el mismo sentido le bajaron el tono a una nueva pelea con la Iglesia por la legalización del aborto. “En Italia se aprobó durante el papado de Juan Pablo II y con Joseph Ratzinger (más tarde Benedicto XVI) de la Congregación de la Doctrina de la Fe y no excomulgaron a nadie. Es como cuando se debatía el divorcio. Pasemos lo antes posible este debate”, dijo el funcionario en sintonía con lo que expresó Fernández en la escuela de ciencias políticas parisina. ■