Para despejar dudas, Cristina ni siquiera hizo el trámite para firmar decretos
Decisión. Quiere mantener el bajo perfil y no alimentar especulaciones de un “doble comando” con Alberto.
En su segundo período como vice en ejercicio de la Presidencia, Cristina Kirchner cultivó un extremo perfil bajo con el objetivo de no alimentar especulaciones respecto a que en el Gobierno hay un doble comando. Sin apariciones públicas, sólo utilizó sus redes sociales para denunciar una "persecución" judicial en su contra pergeñada por el gobierno de Mauricio Macri. En cuanto a lo gestión, decidió evitar firmar decretos. Es más: ni siquiera hizo el trámite que le permite hacerlo electrónicamente.
Cristina estuvo a cargo de la presidencia debido a la gira de Alberto Fernández por Europa hasta ayer a la madrugada, cuando viajó a Cuba para visitar a su hija Florencia Kirchner.
La vicepresidenta ya había dejado en claro en enero, cuando Alberto F. encaró su primer viaje a Israel, que no tenía intenciones de firmar decretos, ni siquiera cuestiones meramente administrativas, como nombramientos políticos ya acordados previamente por el Presidente. En aquella oportunidad, cuando Carlos Gaitán, el escribano General de la Nación, la notificó que quedaba a cargo de la Presidencia, el personal a cargo de la Gestión Documental Electrónica -el software que reemplazó a los expedientes en soporte papel- advirtió que no tenía siquiera su usuario activo.
En consecuencia, tampoco estaba vinculada a su "token", una suerte de llave digital que se les asigna a los funcionarios de alto rango y les permite firmar decretos, resoluciones y disposiciones.
SI bien se trata de un mero trámite administrativo ("En 20 minutos se resuelve", aclaran desde el sector), la vicepresidenta decidió no hacerlo por el momento. "Nos explicó que en caso de una emergencia, por supuesto va a firmar lo que sea necesario, pero que lo que pueda esperar prefiere que espere a la vuelta de Alberto", explicaron fuentes al tanto del procedimiento.
Al mismo tiempo, en Presidencia aclaran que más allá de que la gestión macrista impuso el uso del expediente electrónico en el marco del Plan de Modernización del Estado, se mantiene siempre la posibilidad de firmar un decreto en soporte papel. Y recuerdan que las primeras decisiones de Alberto F. se plasmaron de esa manera, cuando el día de la jura la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, detectó un insólito vacío legal: como el jefe de Estado no tenía usuario ni su "token", podían demorarse los nombramientos del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; y de los ministros que esperaban agazapados en el Salón Eva Perón para prestar juramento.
Así, sin decisiones de extrema necesidad por firmar, desde el 30 de enero no se publican decretos: fueron firmados un día antes por Alberto Fernández, antes de subirse al avión. En tanto, de las "decisiones administrativas" menores, como los nombramientos de directores nacionales y otros funcionarios de tercera línea, se encargó de refrendarlos Cafiero. ■