Al final, mantendrán las restricciones para nombrar a familiares en el Estado
Igual, el Gobierno deja una puerta abierta para “excepciones”. Un hijo de Béliz, activo pero sin nombramiento.
La administración nacional de Alberto Fernández no dejará sin efecto el decreto de Mauricio Macri que impide contar con familiares directos al Presidente, sus ministros, secretarios y subsecretarios.
Esta norma que determina 2 grados de consanguinidad y que es llamado en la jerga como el de “nepotismo”, seguirá igual que como era en el último tramo del gobierno macrista cuando se desató el conflicto con el entonces ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien fue denunciado por nombrar gente allegada en un sindicato intervenido por su cartera. Esa situación permitió conocer que la esposa de Triaca así como una hermana del ministro de Cambiemos también estaban con sendos cargos en el Estado nacional.
Los casos que se analizan son “por afinidad” o por “grados de consanguinidad”. Afinidad es el típico caso de la esposa o esposo del funcionario. Consanguinidad determina en estos casos a padres, hijas o hijos (tanto naturales como adoptivos), hermanos/as, abuelos/as,nietas/os, cónyuges, suegras/os y cónyuges de padres o madres, así como cuñados o hermanos de cónyuges.
Ahora, la gestión albertista definió no realizar cambios en este decreto y no asumir costos políticos por esto, luego del estudio que realizaron el propio Presidente; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y la secretaria de Gestión y Empleo Público, Ana Castellani. En ese proceso, se analizó cómo eran los casos en países en vías de desarrollo como en las naciones desarrolladas.
Quienes sí tienen legislación específica sobre designación de personas con parentesco -con matices- son Bolivia, Paraguay, México, Uruguay, China, Francia y Estados Unidos. Quienes no cuentan con ninguna norma que regule la designación de parientes directos son Chile, España, Francia, Inglaterra, Canadá, Italia, Alemania, entre otros.
Mauricio Macri había determinado, con su ministro de Modernización Andrés Ibarra, que no se podían tener parientes de hasta 2 grados de consanguinidad. Había una regla para los denominados “cargos políticos”, o sea de subsecretario hasta el Presidente, pasando por secretarios, ministros, jefe de Gabinete y vicepresidente. Y a los llamados “de alta dirección”, que es el régimen gerencial público, que va de director general para abajo y que son, también, nombrados a dedo.
“No podrán efectuarse designaciones de personas, bajo cualquier modalidad, en todo el Sector Público Nacional, que tengan algún vínculo de parentesco tanto en línea recta como en línea colateral hasta el segundo grado, con el Presidente y Vicepresidente de la Nación, Jefe de Gabinete de Ministros, Ministros y demás funcionarios con rango y jerarquía de Ministro. Quedan incluidos el cónyuge y la Unión Convivencial”, rezaba el decreto 93/2018.
Ahora, con la gestión Fernández, aparecieron casos para analizar, como los primos de Agustín Rossi - en la cartera de Defensa- o de Francisco Cafiero, primo de Santiago, también en el ministerio de Rossi. Esos casos no están contemplados en la norma dictada por Macri; en el caso del cuñado de Felipe Solá, Guillermo Justo Chaves (dirigente del Grupo Callao) en el Gobierno afirman que es hermano de la actual pareja del canciller, con quien no está casado.
Un caso que sí llama la atención -en la propia Casa Rosada- es la presencia cotidiana de un hijo de Gustavo Béliz . El joven abogado (Felipe) no está nombrado pero se lo ve muy operativo en la casa de gobierno, en el amplio abanico de temas que concentra el poderoso secretario Béliz, que abarcan desde la reforma judicial hasta los cambios en la AFI y la relación con organismos internacionales, como el BID. ■