Trump descarga su furia tras el juicio y llama “corruptos” a sus adversarios
Fue su primer mensaje luego de que el Senado lo absolviera en el impeachment. Sin autocrítica, el presidente rechazó tender una mano a sus rivales. Y agudizó las divisiones en el país.
Con traje azul oscuro y corbata a rayas rojas y azules como la bandera estadounidense, Donald Trump ingresó ayer al Salón Este de la Casa Blanca al son de las trompetas de la tradicional marcha “Saludo al jefe”. Lo esperaba un auditorio de pie, repleto de funcionarios, abogados y amigos que lo acompañaron para festejar el desenlace del histórico juicio político que terminó el miércoles con la absolución del mandatario.
Si alguien esperaba un discurso para cerrar las heridas, como el que pronunció de Bill Clinton después de que fue absuelto en 1998, ciertamente se equivocó. Enfocado en su campaña por la reelección, Trump estuvo lejos de tener un tono conciliatorio, ensalzó a los que lo apoyaron y criticó con ánimo vengativo a a quienes votaron en contra al considerarlos “gente muy deshonesta y corrupta”.
Hubo ovación y aplausos sostenidos para Trump. “Esto es una celebración”, exclamó el presidente. “Hemos pasado mucho tiempo juntos, merecemos estos aplausos”, dijo tras evitar su destitución por los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso en el impeachment, cuyo proceso fue lanzado hace seis meses y terminó en un juicio de menos de un mes, el más corto de los tres que le precedieron, con un apoyo monolítico de los republicanos.
Y enseguida Trump levantó como un trofeo un ejemplar de The Washington Post, uno de los diarios a los que suele acusar de publicar noticias falsas. “Trump absuelto”, decía la portada con tipografía inmensa. “Te lo puedes llevar, cariño. Quizás podemos enmarcarlo”, le dijo a su esposa, Melania, que lo escuchaba en primera fila.
El presidente busca aprovechar el impulso que le dio no solo su absolución sino también su triunfo sobre el Partido Republicano, al lograr que todos los legisladores de su agrupación (salvo Mitt Romney) votaran a su favor. El resultado del impeachment finalmente le ha dado fuerza para enfocarse en su reelección, unir a su partido y dirigir sus dardos contra los demócratas, que están enfrascados en una interna feroz.
Filoso, sin teleprompter, con sonrisas y tono irónico muchas veces, Trump reiteró que el juicio político fue una “cacería de brujas” que empezó desde el día que se postuló a la Casa Blanca en 2016 y dijo que esa persecución fue “perversa, corrupta, con malos policías y soplones de información”. “Dijeron cosas horrendas sobre mí”, dijo. “Nunca ha pasado con otro presidente”, agregó.
“Si no hubiera despedido a James Comey (director del FBI), que fue un desastre, por cierto, es posible que no estuviera aquí ahora mismo. Lo agarramos”, dijo en su discurso.
El presidente despidió a Comey, que había sido nombrado por Barack Obama, porque en plena investigación del “Rusiagate” filtró notas que tomaba tras las reuniones con el presidente. El magnate utilizó ese momento para bendecir a muchos de sus legisladores (que compiten en varios Estados) y enterrar a otros como Romney, que le votó en contra y fue defenestrado. Lo llamó "fracasado", por haber perdido cuando compitió por la presidencia y dijo que había utilizado la excusa de su fe para votar a favor de su destitución.
Elogió en cambio al líder republicano del Senado, Mitch McConnell: “Hiciste un trabajo fantástico”, en el juicio político, le dijo mientras lo señalaba. También a los miembros de su equipo legal, uno a uno. “Es un gran día para todos”, dijo y agregó: “Somos un gran equipo de guerreros”.
También le dio duro a Nancy Pelosi, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, que el martes rompió ante las cámaras un ejemplar del discurso sobre el Estado de la Unión que pronunció Trump. “Es una mujer horrible”, aseveró.
La jornada había comenzado más temprano para Trump en el llamado Desayuno Nacional de Oración en Washington, un encuentro anual que reúne a lo más conservador y religioso del partido republicano.
En ese ámbito también se refirió al resultado del juicio político. “Como todo el mundo sabe, mi familia, nuestro gran país y su presidente han tenido que pasar por un terrible calvario impulsado por gente muy deshonesta y corrupta”, dijo Trump.
El mandatario no mencionó nada sobre los cargos en su contra por retener inapropiadamente ayuda militar para presionar a Ucrania exigiéndole que investigara a su rival político, el ex vicepresidente demócrata Joe Biden. “Pasamos por un infierno, injustamente”, insistió. “No hicimos nada malo”.
Hablando más de una hora, Trump arremetió contra el proceso y reprendió a la gente “mezquina y mala” que, según él, actuó en su contra. Luego se regocijó con la votación 52-48 que hubo sobre la acusación de abuso de poder el miércoles en el Senado, donde los republicanos son mayoría. “Ahora tenemos esta maravillosa palabra. Nunca pensé que sonara tan bien”, declaró. “Se dice ‘absolución total’”, agregó con una sonrisa.
Sin ninguna autocrítica, solo se disculpó con su propia familia “porque tuvieron que soportar todo este asunto falso y podrido”, tras lo cual su hija y asesora Ivanka Trump se acercó a darle un abrazo y su esposa Melania subió después al estrado a saludar.
El discurso reflejó la amarga polarización en Washington, que se ha agudizado con el juicio político y el preludio de la campaña electoral, y que tiene pocos visos de mejorar. ■
“’Impeachment’ es una palabra muy fea para mí. Me llevaron hasta las etapas finales, pero nunca pensé que una palabra pudiera sonar tan bien: absolución total” Donald Trump