Cosquín Rock 2020 20 momentos de los 20 años del festival
Mañana y pasado será el encuentro rockero más federal de la Argentina. Su creador, José Palazzo, concede un compilado de datos, recuerdos y postales del evento cordobés.
1. Los comienzos
Empezamos sin experiencia, pero a lo largo de la historia del festival se fue corrigiendo cada error que fuimos cometiendo. ¡Porque si un error lo cometés tres años seguidos, tenés que replantearte algo! Nosotros teníamos una productora muy chiquitita y nos largamos a hacer un festival, creyendo que era algo más manejable.
2. La primera venta de entradas
En 2001 tuvimos una venta anticipada de 1.700 entradas para la primera fecha y 1.500 para la segunda. El primer día, uno de los chicos que trabajaba con nosotros se instaló con un pupitre de colegio en la calle San Marín, que es la principal de Cosquín, donde está la plaza, con una cajita de chapa con un poco de cambio y 500 entradas, por si ocurría el milagro y venían 500 personas más. A la media hora llamó para que le mandara a alguien de seguridad porque había seis cuadras de cola. A partir de ahí se estableció como un festival federal, donde toda la gente del interior de la Argentina lo considera como propio.
3. La resistencia del folclore
Históricamente tuve apoyo de los medios, y Julio Maharbiz hasta nos autorizó comenzar con una grabación donde su voz tan característica decía: “¡Aquíiii Cosquíiiin!”, y yo agregaba: “Ahora nos toca a nosotros”. La primera anécdota de rechazo fue un día que estaba con él en pleno Cosquín de folclore. De pronto entró Horacio Guarany, gritándole: “¿Qué has hecho? ¿Vas a meter a estos rockeros de mierda?”. Yo no lo podía creer, porque era mi ídolo máximo y lo quise saludar, pero estaba furioso. El pueblo de Cosquín también estaba asustado, pero después de la primera edición todos entendieron que se trataba de otra cosa y estuvo todo bien.
4. Los baños en 2001 y 2020
En la primera edición hubo apenas unos 15 baños: los de la plaza y unos pocos baños químicos. Ahora serán 300 y pico, sin contar los del backstage y producción, donde en total trabajan 1.500 personas.
5. El primer equipo
Vecky Salerno es la única persona del equipo actual que está desde el principio. Tiene un conocimiento muy claro del festival y es el cerebro del mismo. Hoy te diría que la producción general está en su cabeza, y nosotros tenemos que entrar ahí para sacar los archivos de lo que necesitamos. Y mi socio, el Chueco, es un apoyo muy importante en bajarnos a tierra. Generó una relación muy importante con las marcas, sin las cuales sería inviable hacer el festival.
6. Los sponsors
Para la segunda edición, Brahma nos ofreció ser sponsor, y fue increíble, porque nos tiró una serie de ideas que a nosotros ni se nos habían ocurrido. Pero estuvo sólo dos años y después se fue, así que nos pusimos a trabajar en buscar otros. Y una vez que el festival se hizo en un lugar abierto, cuando entró el Chueco, logramos una fidelidad tal que tenemos las mismas marcas de hace quince años.
7. El paso de tres fechas a dos
Durante muchos años el festival duraba tres días porque nos coincidía con los Carnavales. Pero cuando se corrieron a marzo dejé de tener un lunes libre. Y el viernes es un día me
dio complejo, así que nos propusimos meter la misma cantidad de contenido en dos días. Además, hay mucha gente que hoy desgraciadamente no tiene para ir tres días, no solamente por lo económico, sino también por tiempo o los estudios. Nos la jugamos, tratamos de que venga la misma cantidad de gente y sucedió: el formato de dos días funcionó muy bien. Quedó comprobado con la venta récord de este año: vendimos 9 mil abonos sin anunciar la grilla, y quedó demostrado que la gente confía en que va a ser interesante.
8. La lluvia
El año pasado no llovió salvo al final, cuando arrancó Nonpalidece. Y el anteaño tampoco llovió, así que venimos de dos años sin lluvia y ahora seguro que llueve. Yo recorro mucho los festivales de Córdoba y a todos les tocó uno o dos días de lluvia; está dentro de las cosas que suceden en el verano cordobés. En 2008 hubo una gran tormenta cuando tocó Intoxicados, pero lo peor fue en 2015, cuando tuvimos que reprogramar un día. Me acuerdo que arrancó Calamaro con un diluvio universal, y cuando terminó la gente se fue y llovió durante toda la noche sin parar, muy focalizado en Sierras Chicas, donde se inundó todo y fue una tragedia. El festival se podría haber hecho, pero todas las fuerzas de Defensa Civil, Policía, bomberos y ambulancias necesitaban estar en esa otra zona. Nos contactamos con el gobernador y decidimos reprogramar para el lunes. Hicimos el anuncio entre las 12 del mediodía y las 2 de la tarde, cuando íbamos a dar puerta. Hubo que reprogramar los vuelos y todo el transporte de unas 50 bandas. Una locura total.
9. Pappo
A Cosquín siempre llegó el Pappo más descontrolado, muy borracho. Era un tipo bravísimo. Una vez tuvimos problemas con una promotora que fue a sacarse una foto al camarín y Pappo se quiso hacer el gracioso y le puso la pistola en la cabeza. A otra le dio un tremendo mordiscón en el cuello en vez de un beso. Por otro lado, era un tipo que bancaba a morir al festival y dos veces tocó con dos bandas, con Riff y Pappo’s Blues. Y en el 2005 subió Charly (García) como invitado e hicieron Po
potitos, Desconfío y Sucio y desprolijo.
El último show que dio con Riff fue unos 10-15 días antes del accidente.
10. La edición post-Cromañón
En el 2005 nos estábamos yendo de la plaza Próspero Molina porque había quedado chica y porque nos echaron. A ese cambio tan traumático se sumó la tragedia de Cromañón, así que todos los sponsors se retiraron, aunque ya teníamos los contratos firmados. Ya estaban contratados a Sepultura, Barón Rojo y Molotov, todos con un show en Buenos Aires y otro en el festival, pero todos los locales de Buenos Aires quedaron cerrados. Y los trajimos igual. Fue la vez que perdí más plata. Volví a perder en 2006, pero después me reacomodé.
11. El formato al aire libre
Nuestro crecimiento fue azaroso y coincidimos con lo que sucedía con los grandes festivales de todo el mundo, pero en realidad fue porque nos sacaron de Cosquín y porque en San Roque tuvimos conflictos con un vecino. Eso nos trasladó a un aeroclub que está al lado del río, con una accesibilidad complicada, pero no imposible, y que nos permite tener 100 mil personas y ocho escenarios.
12. Lo mejor del año pasado
Para mí fue tener por primera vez a Ska-P. Siete años atrás me senté con ellos para contratarlos y de golpe el cantante me dice que no van a tocar más. “¡Esto no había que contarlo!”, le dijeron los demás. Así que me lo perdí. Cuando decidieron la vuelta, viajé a España y lo conseguí.
13. Las versiones internacionales
Este año tenemos un Cosquín Rock en España que va a ser un desafío muy grande, con tres días de festival, del 30 de julio al 1° de agosto, en Fuengirola, provincia de Málaga. Van a tocar Calamaro, Skay, Gieco, El Mató, Cat7iel y Paco, El Kuelgue y Juanse, además de Loquillo, Leiva, Amaral y Fangoria. También volveremos a Perú, Paraguay y Uruguay.
14. La edición número 20
Este año vamos a tener 14 hectáreas, porque agregamos un espacio gigante en el que va a funcionar el BNP Stage, donde va a estar la música electrónica, que va a funcionar de día y no de noche. El festival tiene los escenarios Norte y Sur en cada punta, y en el medio La Casita del Blues, el escenario Córdoba X, la carpa Molotov, la carpa Urbana y la carpa de Pop Art. El festival va a terminar tarde, pero no vamos a repetir la experiencia del año pasado, donde la fiesta electrónica siguió hasta las 7 AM.
15. La visita que no fue
Me hubiera gustado traer este año a un artista internacional que venía gestionando, que era ZZ Top. Hubiera sido un lindo complemento para la noche de Gardelitos, Ratones, Ciro, Las Pelotas, La Vela y Los Caballeros de la Quema.
16. Con banda propia
Este año no voy a tocar con Los Mentidores, sino con la banda de hard rock que tenía a los 14 años, que se llama Rouge and Roll, y que no tocó nunca en los 20 años del Cosquín. Desde el 2001 que mis amigos me vienen diciendo que los programe y nunca los puse, pero este año les dije que el aniversario lo justificaba.
17. Desembarcos y ocultos
Esta vez, el festival va a durar todo el año. Ya hicimos el homenaje al Cosquín Rock en la plaza Próspero Molina, el lanzamiento de un vino en Las Perdices y ahora empieza una serie de proyectos llamados Desembarcos y Ocultos. Los Desembarcos son pequeños recitales sorpresa que van a suceder durante todo el año en ciudades, barrios y esquinas, anunciado por las redes de Cosquín Rock.
18. Ley de cupos
El año pasado no quise decir que no hay suficientes mujeres con talento, pero se entendió así. Publicaron mi teléfono y los de mis hijas, así que les mandaron mensajes directos. ¡De todo! La de este año tiene casi un 35% de mujeres, y en Córdoba va a ser uno de los únicos festivales que cumplirá con la Ley de Cupo. Si bien todavía no estaba aprobada, cuando lanzamos la programación, ya nos habíamos planteado ese objetivo. Quedó una propuesta con mucha variedad. Me he podido dar el lujo de traer a JJ Thames y Fran Duarte, que son dos cantantes que a mí me conmovieron en los festivales de blues de afuera. Y el tándem Mon Laferte-Nathy Peluso va a ser muy interesante.
19. La vuelta de Divididos
Estuvieron en los primeros cuatro años y después no volvieron nunca más. Vamos a hacer todo lo posible para que sean muy felices, y que el público también lo sea. Sé que ver a Divididos va a ser muy emotivo para un montón de gente, porque fueron el emblema del desembarco del Cosquín Rock en el escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina, con El arriero cantado casi como un himno por Ricardo Mollo.
20. Un nuevo aprendizaje
En esta semana previa estaré durmiendo ahí mismo en un motorhome, así que el festival siempre me agarra muy cansado. Tengo un modo de trabajo que hace que le ponga el cuerpo al festival y desde abril estoy negociando con las bandas, armando la producción, la programación, haciendo los Cosquín Rock de afuera, el lanzamiento y la prensa. Hacer todo desgasta mucho y el aprendizaje, para este año, es disfrutarlo un poco más.
Cosquín Rock se realizará el 8 y 9 de febrero, en el Aeródromo de Punilla, en Córdoba. Entradas: $2.400 por cada día, $4.200 el abono por los dos días; $8.000 Fanatic Rock (Espacio VIP) por día. A través de TuEntrada.com