De Bonadio y los peronistas que no comulgan con la grieta
El peronista de principios, el peronista de ideales, la buena gente peronista, que existe en este país desde hace años y supo convivir con otras ideas sin llegar a la obscena grieta que hoy nos destruye, debería tomar nota de quienes aprovechan la muerte de Bonadio para permitir que salgan sus mayores miserias y sus dichos más abyectos. La respuesta es: los delincuentes, los que los defienden, los que pretenden un país con el delito campeando, una impunidad instalada y un esquema legal optativo y a medida de quien lo necesite. Esos son felices con la muerte de Bonadio. No el peronista común, que históricamente pretendió vivir trabajando y feliz,
y se banco triples A, Montoneros y todos los “ismos” que a alquimia política creó desde Menem a los Kirchner.
No es peronista el que recuerda a Perón cuando no tiene nada para dar y tiene que rescatar el triciclo de los años 40, o quien desempolva a Evita cuando se le ven los harapos de su miseria y hace agua frente a su auditorio. Esos son los que colonizaron el peronismo, desvirtuaron su objeto y lucran con él. Esos son los que festejan la muerte, evidenciando descarnadamente lo poca cosa que son, tan miserables como quienes otrora festejaron el cáncer de Evita.
El pueblo verdaderamente peronista tiene una oportunidad inmejorable para separar el trigo de la paja.