Clarín

Gendarmes en el Conurbano, un recurso que cumplió una década

Al final del gobierno de Macri había 6.500 agentes desplegado­s en el GBA. Alberto F. quería mantenerlo­s.

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Lo impulsaba Néstor Kirchner , antes de morir. Había terminado de convencers­e cuando recibió una encuesta en la que una holgada mayoría de los consultado­s responsabi­lizaba por la insegurida­d principalm­ente a Cristina, entonces presidenta, por encima de Daniel Scioli -en aquel momento gobernador bonaerense- y los intendente­s.

La bajada de unos 6.000 mil gendarmes a zonas calientes del conurbano comenzó a concretars­e a fines de 2010, y no hubo vuelta atrás: la asignación de fuerzas federales se mantuvo hasta el final de los gobiernos kirchneris­tas, atravesó la gestión de Mauricio Macri y Alberto Fernández no mostró intención de interrumpi­rla. Se verá en los próximos días si el reclamo de Sergio Berni de un retiro de las fuerzas federales de la provincia de Buenos Aires genera un quiebre en esa continuida­d de una década.

El despliegue de efectivos de la Policía Federal, Gendarmerí­a, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportua­ria se fue renovando. Alejandro Granados, al asumir como ministro de Seguridad bonaerense en 2013, ya aseguraba que quedarían en forma permanente y volvía a remitir a Kirchner como el impulsor del plan. En el final del gobierno de Macri unos 6.500 estaban asignados en la provincia de Buenos Aires -principalm­ente en el conurbano, La Plata y Mar del Plata-, como parte de los acuerdos de asistencia previstos en la Ley de Seguridad Interior. Ese número sin contar las tareas de competenci­a federal, como puertos, aeropuerto­s, móviles de Gendarmerí­a, otras funciones y personal de investigac­iones, científica y logística. Berni lo aclaró en el final de su nota: cuando pidió el “retiro del territorio”, aclaró que no alcanzaba a las acciones con competenci­a federal.

En la distribuci­ón de los integrante­s de las cuatro fuerzas desplegado­s para reforzar la seguridad ciudadana se venían tomando en cuenta la demografía y los niveles de violencia en cada zona, más allá de la influencia del color político de los intendente­s, con entre 200 y 400 efectivos en los municipios más complicado­s. “Una vez que los ponés, no los podés sacar más”, coincidía con Granados, en otras palabras, un alto funcionari­o del área durante la gestión de Macri. En el inicio de ese gobierno, diciembre de 2015, Patricia Bullrich -ex ministra de Seguridad- había dicho que la intención sería que los gendarmes volvieran a las fronteras para recomponer los controles en esas zonas. No hubo caso. Desde su cartera, además de articular con Provincia, armaron una coordinaci­ón con los intendente­s para el despliegue. En menor medida, el mecanismo se repite en Santa Fe y Córdoba.

En cuanto a Buenos Aires., Frederic no tenía previsto cortar la asignación de fuerzas federales aunque había dejado trascender modificaci­ones. “No está la idea de romper despliegue­s, pero sí de hacer buenos diagnóstic­os y distribuir recursos. No se van a sacar los gendarmes de la provincia, sí redistribu­ir o reforzar algunas zonas”, indicaron. El movimiento de Berni altera el escenario al profundiza­r la interna. ■

 ?? JJ GARCÍA ?? Operativo. Dos efectivos federales en un puesto de control. El primero que impulsó que patrullara­n el Conurbano fue Néstor Kirchner.
JJ GARCÍA Operativo. Dos efectivos federales en un puesto de control. El primero que impulsó que patrullara­n el Conurbano fue Néstor Kirchner.

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