Alberto espera apoyo para Rafecas y piensa en las vacantes de jueces
La muerte de Bonadio generó una nueva silla en Comodoro Py. Aspira a llegar con la reforma judicial a Extraordinarias.
Alberto Ángel Fernández volvió de su gira por Europa repitiendo que había conseguido lo que había ido a buscar al Viejo Continente. Pero en ese recorrido de citas con líderes europeos no descuidó algunos aspectos de su gestión que no tienen que ver con la economía -su principal obsesión- pero también, su problema fundamental. Es consciente de que, sin un acuerdo con el FMI y los bonistas, la suerte de Argentina será mucho más que compleja.
Uno de los tópicos que abordó en su periplo por España, Italia y Alemania fue el tema de la Justicia ya que formaron parte de su comitiva la ministra de Justicia -e histórica socia suya en los asuntos jurídicosMarcela Losardo, y Gustavo Beliz, el poderoso secretario de Asuntos Estratégicos, cerebro de los cambios que Fernández explora para el mundo judicial y el de los espías, donde la AFI hoy se encuentra intervenidas por la fiscal Cristina Caamaño.
Además, en medio de la gira, sucedió en Buenos Aires el fallecimiento del juez federal Claudio Bonadio , lo que determinó que se deba reemplazar esa apetecida silla en los tribunales de Comodoro Py.
Respecto de la muerte del magistrado, Fernández hizo silencio público y evitó una polémica: "No tenía nada que decirle a Bonadio: lo que pensaba, ya se lo dije a él en vida", dijo en las últimas horas el Presidente sobre su pensamiento sobre el duro juez federal, con quien discrepó sobre los asuntos judiciales de Cristina Fernández de Kirchner.
Por eso, los temas judiciales a afrontar por el Presidente son tres: la designación de Daniel Rafecas como Procurador General, las vacantes en juzgados y Cámaras federales, y la reforma judicial integral que presentará en el Congreso.
Respecto de Rafecas, el jefe de Estado confía en lograr apoyo en el Senado. Allí, necesita los dos tercios del cuerpo legislativo para que el hoy juez federal sea designado Procurador. Alberto espera que la oposición (básicamente la UCR más el PRO) no lo rechacen. "Sería una indecencia que hagan eso", le dijo el mandatario a uno de sus colaboradores, pues cree que la oposición debería apoyarlo en la designación de la persona que el Presidente considera para conducir el Ministerio Público Fiscal, esto es, ser el jefe de los fiscales.
Sobre las vacantes de los jueces, hay varias para reemplazar en este momento. Además de la de Bonadio - fallecido el último martes-, estaría la de Rafecas (si consigue saltar a Procurador) y la de Sergio Torres, quien dejó de ser juez federal para presidir la Corte Suprema bonaerense.
Pero en la Casa Rosada -y en el Ministerio de Losardo-, indican que hay "varias vacantes más en la Cámara Federal", sitio clave a la hora de definir la suerte de las investigaciones que pesan sobre hechos de corrupción. La importancia de la elección y definición de nombres para todas esas sillas son vitales, pues son los hombres y mujeres que tendrán a su cargo las futuras investigaciones sobre actos de corrupción en el Estado.
Sobre todas estas vacantes a cubrir habrá que ver cómo tallará Cristina Kirchner, atenta a todas las definiciones en lo vinculado a lo judicial, como pasó con Carlos Zannini ( elegido Procurador del Tesoro), Ricardo Nissen -ex abogado de Máximo y Florencia y ahora, definido como titular de la Inspección General de Justicia-, la presencia del viceministro de Justicia Juan Martín Mena y varios alfiles suyos en el Consejo de la Magistratura.
Finalmente, aparece el proyecto de Reforma de la Justicia, que analizan Beliz, Losardo y el propio Fernández, más la mirada jurídica de su secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra.
La idea del Presidente es que esta sea tratada en este período de sesiones extraordinarias y no que sea parte de los anuncios que dará en la apertura de las sesiones del
Congreso, el próximo 1° de marzo.
En esas reforma -guardaba bajo siete llaves en Balcarce 50-, el albertismo apunta a quitarle poder a lo que hoy representa "Comodoro Py", nombre que se le da a la casta judicial actual, que habita en los tribunales federales de Retiro.
"Lo que pasa allí es un estropicio", repite Fernández mientras analiza cómo impulsar el sistema acusatorio, esto es apurar la implementación racional del procesal penal. O sea, más jueces federales ( licuando así el poder de la docena actual de magistrados) y darles el poder de instrucción a los fiscales.
En el caso de los jueces federales, el proceso es - con una leycambiar la denominación a los magistrados y sumar allí, a los jueces del fuero penal económico y/o a los de instrucción: así, habría
Para Fernández, “sería una indecencia” que la oposición rechace a Rafecas en el Senado.
Los jueces federales a reemplazar son, por ejemplo, Bonadio, Torres y Rafecas.
más jueces que se sumarían a los 12 actuales de Comodoro Py, con el mismo Código Procesal Penal.
Sigue aún sin saberse qué hará la administración Fernández: si sumar más jueces de instrucción, criterio compartido por la Asociación de Magistrados, o que se incorpore a jueces del Fuero Penal Económico.
Pero lo que parece claro es que la reforma que imagina Alberto no demoraría más allá del mes de marzo. ■