Solá se reúne con su par brasileño para mejorar la relación bilateral
Viaja el miércoles a Brasilia. Busca aprovechar la tenue mejora de la economía del país vecino.
Hay varias definiciones que suelen describir la interdependencia comercial y productiva entre Brasil y la Argentina. Una de ellas es que si el primero estornuda, el otro se resfría. Sobre el fin de año y las primeras semanas de 2020, la economía brasileña comenzó a cosechar alegrías: el PBI creció con respeto a los meses anteriores y mostró una recuperación en la industria, los servicios, la agricultura. Pero además esa aún tibia mejora también se vio en uno de los temas de mayor sensibilidad de la crisis brasileña de 2014: se registró una mayor demanda en el consumo en hogares, entre otras razones, por la liberación de un fondo para ello y por tasas de interés más bajas.
¿ Cómo puede la Argentina traccionar la recuperación de Brasil? ¿Cómo lo puede aprovechar? La pregunta que está en boca de empresarios y políticos también estará en el mano a mano que los cancilleres Felipe Solá y Ernesto Araujo mantendrán este miércoles 12 en Brasilia. Será el primer encuentro entre ambos en un contexto inusual: el rechazo que se tienen Bolsonaro y Alberto Fernández, quienes igual empezaron a darse señales de enfriamiento a su guerra de palabras. Bolsonaro podría coronar con un saludo en persona el encuentro de Araujo con Solá. El canciller volará a Brasil con el futuro embajador allí, y ex vicepresidente Daniel Scioli y lo acompañaría el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, quien podría tener una cita aparte con el influyente general Heleno. También se suma el secretario de Relaciones Internacionales Jorge Neme, entre otros funcionarios. En marzo volará a Brasil Sergio Massa, hoy presidente de la cámara de Diputados.
Pablo Dragun es director del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina. Propone relativizar el crecimiento brasileño hasta tanto no se consolide una cifra de crecimiento por encima del 3%. Entre 2002 y 2013 el mayor socio en el Mercosur creció un promedio de 3,7%. Y descendió en una de sus peores recesiones entre 2015 y 2016, acumulando una caída del PIB de -7% y de -16% en la actividad industrial. En 2017 empieza a tener un crecimiento moderado del PIB que podría llegar en 2020 al 2,5%. A su vez, el tipo de cambio real bilateral se ubicó en los niveles de 2011 dándole competitividad-precio a las exportaciones argentinas.
Está dicho que por cada punto que crece Brasil, Argentina crece 0, 25 puntos. “La mejora en la actividad económica brasilera y la mayor competitividad cambiaria pueden implicar un impulso favorable de las exportaciones argentinas hacia ese país y del nivel de actividad de los sectores asociados, la mayoría de ellos industriales. De estas, más del 70% estuvo representado por la industria automotriz, seguido de las manufacturas plásticas (8%) y químicos (6%). Dragún dice que, para aprovechar la mejora se debe encausar la situación política entre Fernández y Bolsonaro, Argentina debe resolver su problema de deuda y mostrar cuales serán las variables concretas de la economía. Nada de eso se concretó.
El intercambio comercial tiene una tarea titánica por superar. En 2019 era de US$ 26.998 millones, un 32% menor a su récord de 2011.
“El principal asunto bilateral hoy entre Argentina y Brasil es resolver la diferencia entre la pretensión de Brasil de reducir el Arancel Externo Común (AEC) y la resistencia argentina sobre ese propósito”, dijo a este diario el consultor Marcelo Elizondo. Fernández hizo campaña contra esa baja de aranceles y cuenta con apoyo de la UIA que también los resiste. ■