Dejar de lado los problemas para evitar que nos destruyan
¿Por qué nos jorobamos? Tenemos dos opiniones, dentro de una enorme gama. Un médico “espaldólogo” diría que se trata de una debilidad en los músculos paralelos a la columna vertebral. Otros dirán que es por falta de alimentación adecuada y a una mala posición de andar y sentarse. Entonces todos recurrirán a la farmacopea o a aparatos ortopédicos a fin de “enderezar” la espalda. Pero la otra opinión es que la espalda se encorva por razones de peso.
Desde que nacemos, tenemos que mantener una postura erguida. Sometemos a la columna a malos tratos y con suerte, no “conseguimos” una hernia de disco. Las razones, con las que discrepamos con los profesionales, es que la columna se comba por los pesos acumulados. Primero son las obligaciones de los estudios que fuerzan a estar horas frente a los libros “quemándonos las pestañas”. Luego, los nervios de los exámenes para llegar a los problemas de los hijos y de la pareja. Y se sigue cargando con los hombros. Más tarde, con los padres ancianos.
El gobierno colabora aportando miles de problemas más y le adiciona “mala sangre”. Entonces nuestra espalda se joroba y comenzamos a andar torcidos. Es que los problemas nos abruman, nos apabullan, nos aplastan. Solo la enderezaremos al final cuando podamos deshacernos de todos los problemas. No podremos aprovecharla. ¿Y si dejamos los problemas y no permitimos que nos destruyan? ¡Hagámoslo ya!