Clarín

Héroe del clásico

Mano a mano con Javier García, el héroe que estaba en el banco de suplentes y, tras la expulsión de Gabriel Arias, se puso los guantes y el jogging y tapó todo lo que le tiraron. “Tenemos un plantel de mucha jerarquía y mucho carácter”, avisa.

- JAVIER GARCÍA

Fuera de todos los planes, el arquero de Racing fue figura frente a Independie­nte en el Cilindro.

Una remera negra con letras blancas, bermudas grises y ojotas. Así se viste Javier García, lejos del último grito

de la moda. “¿No podés poner una fo

to del entrenamie­nto?”, le dice al reportero gráfico de Clarín. Aunque entiende el medio, claro. Entonces, posa. Como un tipo simple. Porque en definitiva, aunque se trate de uno de los héroes del clásico, eso es

el arquero de Racing. El hijo de cual

quier vecino de Mataderos, el que vive como un muchacho que recién cruza la barrera de los treinta pero tiene la sapiencia de un veterano del fútbol. Cultor de su grupo de amigos, con Juan Román Riquelme a la cabeza. Amante del asado y el truco. El jugador número 12, aunque esta figura poco tiene ver con Boca, el club donde debutó a los 16 años.

“Estoy listo para cuando me necesiten”, dice Javi. Y Racing lo requirió en el final del primer tiempo, cuando Gabriel Arias salió lejos y manoteó fuera del área un remate de Cecilio Domínguez. Lo que siguió fue una de las mejores actuacione­s de su carrera, más allá de que

a Javi le cueste reconocer su gran rendimient­o. “No me gustan las notas. Me muero de vergüenza cuando me veo en la tele”, admite. -¿Y qué se te cruzó por la cabeza cuando te tocó entrar? Porque el arquero suplente tiene que estar preparado, pero difícilmen­te hayas imaginado jugar ante Independie­nte. -Fue medio raro, los chicos estaba saliendo a hacer la entrada en calor y yo, por lo general, me quedo en el banco. Y justo veo al paraguayo Rojas que se tira abajo y pensé que lo habían echado a él. Después nos dimos cuenta de que era Gabriel. Vino Nico Diez, el ayudante, y me dice: “Dale, dale, dale”. Y no entendía nada. Pero ahí nomás me calcé los guantes y me hice cargo del arco. -Fue un momento clave del partido. Había que estar muy concentrad­o. Mucho más, 9 contra 11.

-Fue una situación complicada porque en el primer tiempo habíamos hecho las cosas muy bien. Con un jugador menos se nos había puesto difícil, pero ellos no habían llegado claro al área. Lógicament­e, con dos menos se hace cuesta arriba. Tenés que replegar, dejarle la pelota a ellos y ver si podés resolverlo de contra. -¿Y qué se dijeron en la cancha para tratar de que el rival no se los llevara por delante?

-Hablamos para acomodar todo el tiempo el equipo. Te cambia la pelota parada, la marca, la idea de juego, absolutame­nte todo. Por suerte, lo pudimos sacar adelante. Hubo mucha arenga, nadie se podía dormir. -Cvitanich habló de un grupo con espíritu de gladiadore­s.

-Es que tenemos un plantel de mucha jerarquía. Lisandro López, Pillud, Darío, eso es jerarquía. Es un equipo que viene de salir bicampeón en el fútbol argentino y no es fácil. Es un plantel de gente grande, todos arriba de treinta años y eso ayuda a disputar y ganar este tipo de partidos trascenden­tales. -¿Tuvieron el carácter que le faltó a Independie­nte?

-Del rival no voy a hablar, eso le correspond­e a los de Independie­nte. Lo que puedo decir es que nosotros tenemos carácter. Lo demostramo­s en la pelea del título, en la final con Tigre y lo vamos a hacer en la Libertador­es y en la Supercopa contra River. Tenemos objetivos claros. -Hablás del grupo. ¿Ese es el secreto del éxito, más allá de la calidad de los jugadores?

-Hace tres años que estoy en el club junto con Lisandro y Soto. Fuimos los que recibimos a Cvitanich, a Sigali, a Donatti, que ahora se fue. Están Nery (Domínguez), Mauri (Martínez), gente que quiere hacer crecer a Racing y quedar en la historia. Poco a poco lo estamos haciendo y cada vez nos va a ir mejor. -¿Cuándo sintieron que lo ganaban? -Desde el primer minuto. Porque estábamos haciendo un gran partido en el primer tiempo. Y en el segundo también, algo más sucio. Pero si no hubieramos buscado ganarlo, no habría llegado el Chelo al área rival.

García tiene 241 partidos en Primera División. Fue titular en el Boca de Carlos Ischia, campeón en ese mismo estadio en el que la noche del domingo la rompió. Es un emblema en Tigre (184). A la Academia llegó para sumar, fue tercer arquero y se ganó un lugar prepondera­nte entre los referentes, pero siempre detrás de Arias. Por eso apenas jugó una docena de encuentros bajo los tres palos celestes y blancos. -¿Cómo asumís la situación que te toca, ser suplente y tener que responder cada vez que podés jugar? -Sabiendo el lugar que me corres

Román puede ser que para algunos sea inalcanzab­le. Para mí, es como un hermano. Tengo una relación que excede el fútbol. Y lo voy a acompañar siempre”.

Siempre usé pantalón largo, desde que jugaba en las divisiones inferiores de Boca. Y es el mismo, hasta el utilero de infantiles me lo da. Sólo le tapo la marca”.

ponde lugar, como cada uno de mis compañeros. Estar en el banco y analizar el partido junto a Darío, él lo ve muy bien, lo entendemos, por eso él jugó un partido bárbaro, muy concentrad­o y se tuvo que llevar a uno puesto, como también me tocó a mí hacerlo. Por ahí, son cosas sucias del fútbol, que no correspond­e, pero ayudan a Racing. Hay que tratar de sacar provecho de todo.

-Van a decir que sos un tramposo.

-Bueno, que me pongan el título que quieran. Yo trato de hacer mi trabajo de la mejor manera, de leer el juego, ver por dónde podemos sacar ventaja, estábamos con dos hombres menos y tuvimos que ser pícaros. Salió bien y todos contentos.

-Ahora, hay que cantar envido y ver si pica el rival, como en el truco. ¿Veías nerviosos a los jugadores de Independie­nte? ¿Sentías que podían entrar en cualquier momento?

-Me gusta el truco, eh. Soy buen jugador. Pero del rival no hablo. Cuando entré, hablé con Pillud, con el

Chelo (Díaz) y remarcamos varias cositas. Quiero que Racing mejore siempre. Hoy veo las imágenes y me da vergüenza, pero necesitába­mos equilibrar. La experienci­a mata a la jerarquía, como dijo Darío.

-¿Escondiste las pelotas?

-No fue así. A mí no me conviene que escondan las pelotas porque me puedo ligar una amarilla. Yo le decía al pibe que me dé dos, que también es una manera desprolija de hacer tiempo. Se nota en la tele que yo balbuceo “pelota”, Fernández fue a buscar una y no la encontró.

-¿Te podés ganar el puesto?

-Yo disfruto mucho del fútbol argentino, llevo un largo tiempo en Primera y no es fácil mantenerse. No me tocó hacer la experienci­a afuera. Acá hay ansiedad, todos te quieren llevar puesto. Entonces, la pasó muy bien si me tocar jugar, pero también en cada entrenamie­nto.

 ?? R. ANDRADE ?? Un tipo común. Javier García recibió a Clarín en el Cilindro de Avellaneda y habló de los méritos del equipo de Sebastián Beccacece.
R. ANDRADE Un tipo común. Javier García recibió a Clarín en el Cilindro de Avellaneda y habló de los méritos del equipo de Sebastián Beccacece.

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