Vicentín solicitó el concurso de acreedores: debe US$ 1.300 millones
Unos US$ 350 millones son préstamos del Nación. La suspenden en la Bolsa de Rosario. Temor por otros casos.
A dos semanas de haber destacado la “gran adhesión” de sus acreedores al plan de pago para hacerle frente al default, las cosas no parecen haber avanzado de forma tan favorable en Vicentín ante la crisis que se desató en diciembre. Ayer la empresa pidió la apertura del concurso preventivo para eludir la quiebra y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advirtió que la medida puede derivar en la suspensión de la firma para operar en el mercado de granos local.
Aunque buena parte de sus instalaciones funcionan en la región y el cordón industrial sobre la costa del río Paraná, la compañía hizo la presentación en el norte de Santa Fe, dado que su domicilio fiscal se ubica en Avellaneda, ubicada cerca de Reconquista. Con una deuda de US$ 1.300 millones y varios frentes judiciales abiertos en el sur de la bota, la agroexportadora recurrió a los Tribunales provinciales de Reconquista y el trámite quedó en manos del Juzgado de Primera Instancia 2 del fuero civil y comercial.
A través de un comunicado, Vicentín anticipó que “perseguirá sin descanso, aún en este contexto” la defensa de sus fuentes de trabajo, la reestructuración de su pasivo y la normalización de su actividad. Sin embargo, el presidente de la Bolsa de Comercio local, Daniel Nasini, citó el estatuto de la entidad para subrayar que cualquier operadora en una situación similar debe ser suspendida “hasta tanto se logre la homologación del acuerdo de acreedores”.
Aunque la compañía adujo que su propuesta de pago para salir del default fue bien recibida, no hay datos precisos sobre el nivel de aceptación que tuvo el acuerdo preventivo extrajudicial que puso sobre la mesa a fines del mes pasado. Las dudas en torno a esa negociación crecieron el último jueves, cuando ingresó en los Tribunales de Rosario el primer pedido de quiebra. La presentación corrió por cuenta de Gagliardo Agrícola Ganadera, radicada en la vecina localidad de Pérez que pertenece a la constructora Obring. A ésta ya se sumaban medidas cautelares por parte de una decena de empresas entre las que se cuenta BLD, una corredora de granos rosarina que también entró en default en octubre y acusó un pasivo de 100 millones de dólares.
En estos días, Guardati Torti, una de las históricas corredoras y de las más grandes en el rubro, comunicó de forma oficial a sus clientes haber ingresado en cesación de pagos por culpa de la crisis de Vicentín.
Lo que sucede con Vicentín remite a la figura de Alberto Padóan, expresidente de BCR, casado con una de las herederas de la familia y accionista de la agroexportadora. Padoán tuvo un final de mandato controvertido el año pasado a raíz de su imputación en la causa de los cuadernos y estuvo seis meses de licencia. La Justicia dictó en abril la falta de mérito para el directivo como supuesto miembro de la asociación ilícita ligada al desaparecido Ministerio de Planificación Federal, pero se ratificó su procesamiento por cohecho activo.
“Algunos socios nos piden que actuemos en los temas que los afectan y en ese marco la Bolsa debe actuar dentro de su reglamento. Son procedimientos e instancias que hay que respetar”, planteó Nasini a través del sitio de noticias de la institución.
El directivo reconoció que la cesación de pagos de Vicentín “afecta de manera negativa” tanto la cadena comercial como la de producción, también deslindó responsabilidades en cuanto las medidas que se podrían haber tomado. “No es nuestro rol auditar la situación patrimonial de las empresas”, manifestó. El 35% de la deuda de Vicentín es con bancos extranjeros, 32% con bancos locales, entre ellos el Nación al que le debe US$ 350 millones. ■