Pide que los jueces “hagan su trabajo de verdad”
Mi padre, el Dr. Ángel Salvador Labanca, fue diagnosticado con un adenocarcinoma de pulmón el 27/9/87; parecía algo manejable pero con estudios más precisos y completos se descubrió una metástasis cerebral que produjo su fallecimiento el 14/2/88. Su principal preocupación, ya en el lecho de muerte y a pesar de su enorme sufrimiento, era dejarle a mi madre una pensión digna, por lo cual se obligó a preparar un concurso por oposición para lograr titularizar (en el Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Marcelo Torcuato de Alvear”) un importante cargo del cual era ‘provisional’ (por causa de una inoportuna reestructuración municipal que lo sorprendió ya en medio de su enfermedad). Apenas unos días antes de morir concursó con todo éxito. El tumor cerebral -del tamaño de un pomelo enorme- no le impidió triunfar con las mejores notas porque su capacidad cognitiva e idoneidad nunca se vieron comprometidas, aun con esa tremenda patología a cuestas.
Valga esta anécdota -triste pero ilustrativapara “abrir el paraguas” afirmando que desacreditar la tarea del Dr. Claudio Bonadío e intentar anular las sensibles causas que llevaba adelante contra viento y marea, podría ser validado únicamente en un país caricaturesco en el que importantísimos dirigentes políticos con su ya nada sorprendente pero supina e insistente ignorancia opinan que “la diabetes es la enfermedad de la abundancia”, entre otros disparates. Por favor, dejen de jugar a tomarnos por idiotas. Y que los señores jueces hagan su trabajo de verdad. Jorge Labanca acnabal@hotmail.com