Sin condenas por el contagio masivo de hepatitis y VIH
Eran los directivos de la Fundación de la Hemofilia. Los casos se dieron entre 1985 y 1992. Muchos de los afectados murieron. Indignación de los familiares de víctimas.
La Justicia federal absolvió a los tres acusados en la causa que se inició porque 800 personas se infectaron con hepatitis C y 400 con VIH. Dos médicos y un abogado dirigían la Fundación de la Hemofilia, donde se atendieron los damnificados que, en su gran mayoría, ya fallecieron. Los contagios se produjeron entre 1985 y 1992. La causa que terminó ayer demoró 15 años, por retrasos en el proceso judicial. Los querellantes anunciaron que van a apelar el fallo, en medio de la indignación de los familiares de las víctimas.
El Tribunal Oral Federal 3 absolvió ayer a los ex directivos de la Fundación de la Hemofilia juzgados por el contagio masivo de VIH y hepatitis C entre 1985 y 1992.
Los acusados eran los médicos Miguel de Tezanos Pinto y Pedro Pérez Bianco y el abogado Eduardo Biedma, para quienes el abogado de la querella había pedido penas de 15, 14 y 7 años de prisión, respectivamente. Fueron absueltos por el juez Javier Machado Pelloni, en un juicio que se realizó con un tribunal unipersonal.
“Es una vergüenza. Murieron centenares de pacientes hemofílicos y damos esta imagen ante el mundo. El juez no estuvo a la altura de las circunstancias”, aseguró a Clarín Gonzalo Giadone, abogado de la querella. Sostuvo que esperarán los fundamentos, que se leerán el 29 de marzo, para apelar ante la Cámara de Casación. En tanto, Inés, hija de Eduardo Biedma, dijo que está “contenta con la resolución”. “Estamos festejando que se hizo justicia por mi papá y por los médicos”, afirmó.
Las absoluciones se conocieron a quince años de la primera vez que acudieron a la Justicia las víctimas de un contagio masivo de VIH y hepatitis B y C. Según Giadone, “hubo cerca de 400 infectados por VIH y más de 800 por hepatitis C”.
La causa había sido elevada a juicio oral en agosto del año pasado, pasó por varias instancias judiciales, incluyendo un sobreseimiento del juez Claudio Bonadio por considerar que los delitos habrían prescripto.
Ese dictamen de Bonadio fue anulado por la Cámara de Apelaciones y la causa se reabrió en 2017. El abogado Giadone había expresado entonces que “el delito no prescribe hasta que no fallezca el último hemofílico contagiado por HIV y Hepatitis C”.
Durante la audiencia de ayer, dos de los acusados hicieron uso de su derecho a decir unas últimas palabras antes del veredicto. “Me siento profundamente apenado y con una gran tristeza en relación a los pacientes que han declarado en este juicio. A los que vinieron del interior y a los que nunca traté personalmente en mi vida. O concurrieron por consultas, pero no los traté”, arrancó el médico Pedro Raúl Pérez Bianco. “Esos pacientes testificaron mentiras. Por ejemplo, que yo los atendía portando armas cuando nunca en mi vida tuve un arma en la mano”, siguió.
También se refirió al paciente Pedro Benigno Gutiérrez, quien, de acuerdo a la denuncia, se trató en esta institución y contrajo VIH en 1985 y Hepatitis C en 1992. “Me sorprende que haya declarado que estando en la sala de espera yo le había pisado un pie en el cual tenía una hemartrosis, que es un derrame sanguíneo en el tobillo. Es una hemorragia que genera un dolor insoportable”, dijo.
Luego tomó el micrófono Miguel de Tezanos Pinto. “Tengo 89 años, 65 años de médico y 60 dedicados a la hematología. Por esas virtudes, se me nombró académico titular de la Academia Nacional de Medicina y también fui nombrado vicepresidente de la Academia en el año 98 y presidente en el año 2000. Por lo menos estoy tranquilo de que mis pares han reconocido mi trabajo”, comenzó.
“El último punto es manifestar que las estadísticas no pueden ser falsas, no deben ser falsas. Y el abogado de la querella cuando nombró el número de pacientes con hemofilia y de infectados en Argentina, habló que en Brasil se habían afectado 65. Acá tengo el documento de la Federación Mundial de la Hemofilia, donde dice que en ese momento en Brasil, aún
Los fundamentos del fallo se conocerán el 29 de marzo. Tras ello, la querella apelará.
no chequeados todos los pacientes, había el número registrado de 1.144”, expresó Pinto.
Por su parte, el abogado Eduardo Biedma prefirió no hablar. Pero sí conversaron con Clarín tres de sus hijos, Salvador, Clara e Inés. “Está acusado como si hubiera sido Secretario de la Academia, cosa que no era. Se decía en los medios que era médico, pero es abogado. Han dicho que hay mil muertes, cosa que falso: hay 210 contagiados y más de 60 están vivos. La querella viene mintiendo a los medios. Para nuestro padre, el fiscal pidió la absolución y eso no aparece en los diarios”, dijeron.
Uno de ellos, Salvador Biedma, contó su propia historia. “Yo soy hemofílico. Mis papás tuvieron tres hijos hemofílicos: Martín, Esteban y yo. Martín falleció en el 93 de sida, a los 27 años. Imaginate lo que significa para mi papá estar hace años en este juicio”, comentó. “Es difícil entender la hemofilia para alguien que no conoce, pero hablan de algo que fue una pandemia mundial y vienen a acusar a dos médicos de Buenos Aires”, agregó el joven.
“Hay más de 2.000 hemofílicos en el país y los querellantes son menos del 2%. El resto apoyó a la fundación. Nuestro hermano se casó y su mujer no se contagió gracias a la fundación”, continuó. Mientras que Inés acotó: “Yo soy madre de un nene con hemofilia. ¿Qué hubiera hecho si no fuera por la fundación?”.
La hemofilia, un trastorno hereditario en la coagulación de la sangre, requiere de “factores de coagulación” que, de acuerdo a la gravedad de la enfermedad, prevengan e impidan hemorragias en los pacientes. Durante los años investigados, los tres directivos estuvieron a cargo de la fundación en la que se aplicó a pacientes hemofílicos concentrados de factores de coagulación, en los que después se detectó la presencia del VIH y de los virus de Hepatitis B y C.
Los casos de contagio se produjeron en pacientes que eran tratados en la Fundación de la Hemofilia. En el marco de la causa también fueron denunciados los titulares de los laboratorios Bayer, Gador, Inmuno y Merieux, por “propagación de enfermedad peligrosa”, pero luego fueron desvinculados.
De las más de 1.200 personas que se contagiaron durante su tratamiento en la Fundación de la Hemofilia, sólo unas 50 siguen vivas.
Giadone había solicitando penas de 14 y 15 años de prisión para Pérez Bianco y Tezanos Pinto “por su alta responsabilidad” y “por su accionar como contagio doloso”. Para el abogado Eduardo Viedma había pedido siete años de prisión. ■