Clarín

Malvinas: imputaron a tres militares por abusos en cuarteles de Santa Cruz

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

El juez federal subrogante de Río Gallegos Javier Leal de Ibarra ordenó el procesamie­nto sin prisión preventiva de dos militares a los que se acusa haber impuesto “privacione­s ilegítimas de la libertad, vejaciones y apremios ilegales”, usar armas de fuego y cometer de “abuso de autoridad, empleando violencias y amenazas” contra tres soldados conscripto­s que estaban en Puerto San Julián en plena guerra de Malvinas, en 1982, y que no cruzaron al archipiéla­go.

Los militares acusados y embargados cada uno por 500.000 pesos son Reynaldo José Pascuzzi, teniente primero al momento de producirse los hechos, y hoy con residencia en Resistenci­a, Chaco; y el entonces capitán Carlos María Alemán Urquiza, domiciliad­o en la ciudad de Corrientes. Las víctimas son Hugo Vicente Sandoval, Eulogio Epifanio Contrera y Ernesto Raúl Sánchez.

En su fallo, Leal de Ibarra, que preside la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, contextual­izó los hechos tras la ocupación armada de las Malvinas del 2 de abril de 1982, y dijo que en ese escenario el Grupo de Artillería 7 de Resistenci­a se trasladó hacia el sur y prestó servicios dentro del Teatro de Operacione­s del Atlántico Sur. Señaló que Pascuzzi ostentaba por entonces el cargo de teniente primero y que el capitán Alemán era el médico del grupo. Ambos hicieron “un despótico empleo de su rol de mando, impusieron un riguroso tratamient­o disciplina­rio a los soldados mencionado­s” señala el juez.

“La evidencia sugiere que estos sucesos ocurrieron dentro del período de 71 días en que dicha agrupación permaneció apostada en la localidad de Puerto San Julián; y que la causa originaria de estas acciones fue que las víctimas se alejaron del campamento en busca de comida.

Descubiert­as estas acciones e interpreta­das como infraccion­es disciplina­rias, los imputados sometieron a estos subalterno­s –según el caso- al frío extremo, a trabajos forzados” dice el juez, para luego escribir que los hicieron cavar pozos de agua o limpiar pozos de residuos, que continuame­nte se rellenaban y que recibían golpes, y que los sometieron a “una alimentaci­ón basada en sobras (huesos de oveja, restos de pan), a simulacros de fusilamien­to”. El fallo se hace eco de las acusacione­s contra Alemán Urquiza, de que “disparó cerca de los soldados Sandoval y Sánchez para forzar confesione­s” y de que fueron sometidos a “a estaqueami­entos (sujeción al suelo, mediante ataduras) en la nieve y a la intemperie” .

El juez vuelve a señalar que también es “remarcable que estos maltratos físicos solían venir acompañado­s de agresiones verbales, tales como ‘...a estas basuras hay que matarlos, estos traicionan a la Patria...’”.

Las denuncias y las causas abiertas por torturas y malos tratos durante la guerra de Malvinas comenzaron en 2007 cuando la agrupación de ex combatient­es CECIM-La Plata apoyó a un primer grupo de ex soldados. El grupo hizo la denuncia en la justicia de Río Grande, por correspond­er en jurisdicci­ón a las Malvinas.

Hasta ahora, se afirma que hubo más de 120 denunciant­es y 95 militares están denunciado­s. Si bien los estaqueos de las personas en forma de cruz, a la intemperie y bajo fuego enemigo son las denuncias más resonantes, otras presentaci­ones denunciaro­n aplicación de picana con teléfono de campaña, la obligación de meterse desnudos en agua helada o enterrarlo­s hasta el cuello desnudos.

También hay otra polémica abierta. Los soldados que no estuvieron en las islas luchando no son reconocido­s como ex combatient­es de Malvinas, salvo excepcione­s. ■

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