Subtes desbordados, demoras y mal humor por el paro de colectivos
Muchos en Buenos Aires tuvieron ayer un día agitado. La medida de fuerza impulsada por un sector opositor a la conducción de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) paralizó a 54 líneas de colectivos de la empresa DOTA, afectando a casi 700.000 usuarios, que debieron moverse con líneas alternativas o con el subte, que se vio colmado. Este panorama se notó tanto a la mañana como en la hora pico de la tarde.
De 7.30 a 9.30 de la mañana la estación Constitución estuvo atestada de pasajeros. Los que llegaban en tren y querían continuar su viaje en subte se encontraban con una marea de gente intentando bajar a la estación de la línea C. El amontonamiento iba desde las escaleras hasta el andén del subterráneo. Es que muchas de las personas que no podían continuar en colectivo se volcaron a este otro medio de transporte.
El movimiento superó al de las horas pico habituales y los pasajeros expresaron su descontento por los inconvenientes a la hora de iniciar su jornada laboral. “Salí más temprano porque como el 168 no anda, vine en subte. El viaje es casi igual de largo pero con más gente”, contó Flor, una pasajera. Otros se enteraron de que el colectivo que tomaban estaba de paro recién cuando llegaron a Plaza Constitución.
Mientras tanto, en el vestíbulo de la estación se agrupaban unos 200 manifestantes que iban a movilizarse hasta el Ministerio de Trabajo, en Alem al 600. Todos respondían a la agrupación Juan Manuel Palacios, conducida por Miguel Bustinduy y enfrentada a Roberto Fernández, el secretario general de la UTA.
Esta agrupación disidente acusa a Fernández de “meter la cabeza bajo tierra como el avestruz”. Y dicen que el gremio no hace nada frente a la situación de los choferes de micros de larga distancia, “que cumplen jornadas de 16 horas de trabajo”. También denuncian un retraso en el cierre de la paritaria 2019 y el “incumplimiento” del pago de la suma fija dispuesta para enero por decreto presidencial.
Por su parte, Fernández declaró a Télam que “hay gerentes de la empresa monopólica DOTA que quieren conducir la organización gremial a través de pseudo dirigentes”, en alusión a Bustinduy. El Grupo DOTA (Doscientos Ocho Transporte Automotor S.A) es la empresa operadora de colectivos más grande del país.
La división de los sectores de la UTA surgió de un conflicto por la impugnación de la lista de Bustinduy en las elecciones. El paro anterior fue el 17 de diciembre y terminó con 11 heridos cuando las dos facciones se encontraron en la sede gremial de Moreno 2969.
“El gremio no avala ninguna medida de fuerza”, expresó ahora el titular de la UTA, quien destacó el acuerdo alcanzado este lunes a la noche en la paritaria, en el Ministerio de Trabajo. Pactaron un 18,3% y el pago de diferencias salariales por los decretos presidenciales en varias cuotas.
“El paro inconsulto pone en peligro las fuentes laborales de cientos de choferes. Tomaremos las sanciones correspondientes dentro de lo que marcan nuestros estatutos”, concluyó Fernández. ■