Clarín

Francisco recibió a Lula en una visita privada en Santa Marta

- EL VATICANO.

El Papa recibió ayer al ex presidente brasileño Lula da Silva , de 74 años, en una audiencia privada de una hora que tuvo lugar en la Casa de Santa Marta, el hotel interno del Vaticano donde se aloja el pontífice. La Santa Sede dijo que no habría ningún comunicado oficial del encuentro “debido a su carácter privado”.

Lula llegó a Santa Marta a bordo de un automóvil con cristales oscuros y, al marcharse, un colaborado­r informó que se dirigía a la sede de la central obrera italiana CGIL para una reunión con sus dirigentes.

El miércoles, tras llegar a Roma declaró en un tuit: “Vengo a visitar al Papa Francisco para agradecerl­e no sólo su solidarida­d conmigo en un momento difícil sino sobre todo su dedicación al pueblo oprimido”. Luego, en una rueda de prensa en la CGIL en la que no hubo preguntas, el brasileño encomió la figura del Papa por su denuncia de las desigualda­des. “Cuando Francisco impulsa un encuentro en Asís para discutir la desigualda­d con miles de jóvenes, para debatir la nueva economía del mundo, es una decisión alentadora”, dijo.

La audiencia fue arreglada el 31 de enero por el presidente argentino Alberto Fernández, quien le pidió a su compatriot­a Francisco en una audiencia en el Vaticano que recibiera a Lula da Silva, lo que el Papa aceptó de inmediato.

El encuentro se dio un día después de publicarse el documento del Papa sobre la situación de la Amazonia, ya que Brasil tiene el 68% del pulmón del mundo en su territorio.

Lula da Silva estuvo arrestado 580 días en Curitiba acusado de un caso de corrupción. El ex presidente dijo que se trataba de una conspiraci­ón del poder de derecha para impedir que la izquierda regrese al gobierno en su patria. Lula consiguió un permiso para postergar un interrogat­orio judicial programado para el martes 11 hasta el miércoles 19, a fin de viajar a Roma y poder encontrars­e con el pontífice.

Tras su largo arresto de un año y medio, el ex presidente sindicalis­ta fue liberado en el último noviembre. Lula ha sido condenado a ocho años y diez meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero. El líder del Partido de los Trabajador­es (PT) gobernó Brasil durante ocho años, entre 2003 y 2011 y se encuentra en libertad provisiona­l.

En mayo, Francisco le envió una carta a Lula en la que le manifestó su “proximidad espiritual” y le pidió “coraje para “no desanimars­e” y “seguir confiando en Dios”. En junio de 2018, Jorge Bergoglio le mandó al expresiden­te brasileño un rosario bendecido a través del dirigente social argentino Juan Grabois. ■

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