“Soy un agradecido y sé que le debo la vida a este deporte”
Faltan un par de horas para que comience la acción del Abierto de Buenos Aires y mientras el club vive la calma antes de otro día agitado, Carlos Berlocq se sienta a charlar con Clarín. El chascomunense camina por primera vez los pasillos del torneo como un ex jugador y se presta a hacer un repaso por su carrera y a hablar de su nueva etapa de entrenador que comenzó hace un par de meses. “Tomé la decisión de retirarme en septiembre y ya lo había estado pensando durante un tiempo porque uno de los miedos más grandes que tiene un tenista es ‘si mañana no juego más, ¿qué hago? ¿De qué vivo?’. Me decidí y me di cuenta muy rápido de que quería ser entrenador”, cuenta. -¿Qué te terminó de convencer?
-El final de 2018 fue muy bueno para mí y arranqué el 2019 con expectativas altas, pero fue un año muy malo en cuanto a resultados. La temporada pasada me fui a vivir a España y dejé a mi equipo de trabajo acá; y eso me afectó. Allá no encontré una buena energía. Y todo ese 2019 siempre estuvo en mi cabeza dar un paso al costado. El apoyo de mi mujer fue clave. Al final me decidí y hoy, si lo pienso de nuevo, sé que fue la decisión correcta.
-Si tuvieras que hacer un balance de tu carrera, ¿cuál sería?
-Que fue una carrera muy larga y eso me da tranquilidad de que gasté todos los cartuchos que tenía. No me quedó nada. Si miro hacia atrás siento mucha felicidad por haber tenido todas las experiencias que tuve. Jugué en los mejores estadios, disputé la Copa Davis, gané dos títulos ATP y muchos en challengers, jugué en canchas llenas con la gente gritando mi nombre... Tuve momentos difíciles también, pero siempre traté de encontrar el lado positivo. Al final creo que hice una buena carrera y mi energía me ayudaron a cumplir muchos objetivos. -¿Qué Berlocq debutó en el circuito en 2001 y qué Berlocq se retiró? -Hay mucha diferencia entre uno y otro. Siempre fui un jugador temperamental. Y al principio eran tantas las ganas que tenía de ganar y de que me fuera bien que esa ansiedad me jugaba en contra y no me dejaba disfrutar. Eran nervios, quejas, reaccionar mal, varias locuras... A medida que fueron pasando los años me fui calmando, fui pensando mucho más en el tenis y entendiendo que la vida no era sólo tenis. Mi mujer Noel fue la persona que mentalmente me hizo evolucionar, me hizo ver los valores de la vida. Y terminé siendo un jugador que disfrutaba todo adentro de la cancha. En mis comienzos decía “quiero retirarme habiéndole ganado a mi cabeza y no que mi cabeza me haya ganado a mí”. Y siento que lo logré. -¿Cuáles elegirías como los tres mejores momentos de tu carrera? -Hay muchísimos inolvidables. Pero el partido de Copa Davis con Gilles Simon en la serie de cuartos de final de 2013 ante Francia fue muy fuerte para mí. Fue la primera vez que Argentina le ganó a Francia y me tocó definir el quinto punto con el Parque Roca lleno. Y después, los dos títulos ATP que gané.
-¿Cuán importante fue la Copa Davis en tu carrera?
-Yo daba todo por la Davis, era lo máximo. Quería tenía tener buen ranking para jugarla y la veía como un premio muy grande. Además, los argentinos viven la Davis de una forma diferente. Hoy hay personas que me conocen por ese torneo y me dicen “vos eras el que te rompías la remera”. Además, en el circuito jugaba un poco contenido, pero en la Davis lograba sacar todo, me potenciaba. La disfruté y me hizo crecer mucho como jugador.
-¿Te costó sacarte el chip de jugador y ponerte el de entrenador?
-No, cambié muy rápido la página. En mis últimos años siempre miraba jugadores y sentía placer ayudando a los jóvenes. Por eso fue una decisión muy rápida el decir ”quiero ser entrenador”. Después consulté con otros entrenadores, entre ellos Franco Davin. Y él me dijo “Charly, si vos lo sentís y tenés ganas, por qué no”. Y justo Agustín Velotti me dijo que estaba solo y viendo qué hacer. Yo me ofrecí a ayudarlo y él empezó a insistir para que fuera su entrenador y eso me motivó mucho para seguir ligado al tenis. En definitiva, soy un agradecido y sé que le debo la vida a este deporte. ■