Sabina, operado de urgencia
Fue después de los golpes que sufrió en un concierto junto a Serrat, el día que cumplía 71 años.
Joaquín Sabina fue operado de urgencia ayer y ya se encuentra en observación en el Hospital Ruber Internacional en Madrid tras llevar varias horas ingresado por un hematoma intracraneal provocado por un golpe en la cabeza, luego de la caída desde un escenario el miércoles por la noche mientras se presentaba junto a Joan Manuel Serrat en el WiZink Center de la capital española. El cantante pasó toda la noche en observación y en la mañana del jueves se informó que los médicos debieron intervenirlo de urgencia por un derrame cerebral.
El primer parte médico del centro de salud indica que “ha sido intervenido quirúrgicamente para realización de evacuación de hematoma intracraneal en hemisferio derecho”, que se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y que su estado “es estable”. Además, adelantaron que habrá una actualización en 24 horas. Su portavoz comunicó que el estado de Sabina “no es grave”, que todo salió “muy bien” y que permanecerá 48 horas en observación.
Al parecer, cuando el artista cayó del escenario, solamente se percató del dolor en el hombro izquierdo, en el que presenta tres fisuras limpias que solo requerirán inmovilización. Sin embargo, después de varias horas en observación, los médicos también detectaron un traumatismo cráneoencefálico.
Su representante, José Navarro ‘Berry’, precisó a EFE que el cantante “ha dormido y ha pasado muy buena noche”. Sabina, que celebraba con sus fans su cumpleaños 71 y el último concierto de su gira junto a Joan Manuel Serrat, se cayó al suelo de una altura aproximada de un metro y ochenta centímetros tras ser deslumbrado por un foco y perder el equilibrio. El intérprete nacido en Úbeda fue retirado en camilla y, minutos más tarde, salió en silla de ruedas al escenario para tranquilizar a los asistentes e incluso bromear con que estas cosas solo le pasaban en Madrid.
Y es que ya es el tercer concierto que el cantautor tiene que interrumpir en este estadio. El ataque de pánico que sufrió en 2014 y la afonía repentina que le surgió en 2018 se suman a esta caída que, rápidamente, se convirtió en trending topic en las redes sociales. Ya suspendió un concierto en 2014 cuando, sobre el final, empezó a sentirse mal. En un primer momento afirmó que había sufrido una crisis de pánico escénico, aunque poco después cambio su afirmación y lo achacó a problemas de estómago.
La historia se repitió en 2018. Llevaba hora y media de actuación cuando, de pronto, se quedó “mudo”. Una disfonía aguda, consecuencia de un proceso vírico, fue la causante de tan desafortunado momento, que le obligó a cancelar los cuatro conciertos restantes de la gira Lo niego todo. Más allá de estos recientes sucesos, la salud de Sabina fue noticia en muchas más ocasiones, especialmente cuando fue víctima de un derrame cerebral en 2001, que le hizo reformular sus hábitos tras una vida de excesos.
También ayer, en el diario español ABC, Andrés Calamaro escribió una columna de opinión en honor a la pronta recuperación de quien “fue el primero en echarme una mano”. Entre otras cosas, dijo: “Sabina merece el Nobel de Bob Dylan, el Pulitzer de Kendrick Lamar, la medalla francesa que agradece las versiones de Gainsbourg en el barítono proto punk de Iggy Pop; los honores reales para músicos que reciben Elton John, los Beatles y Mick Jagger, o, en su defecto, similares tributos propios de la región de habla castellana española. No se trata de un Príncipe de Asturias o un marquesado. O quizá sí. Quién sabe… Probablemente Sabina lo sabe”. ■