Clarín

“La situación socioeconó­mica es hoy mucho más difícil que la del 2015”

Ex diputado nacional, nominado como embajador en España

- Martín Bravo mbravo@clarin.com

-¿A quién votó en las últimas elecciones?

-El voto es secreto. Voy a decir lo que respondí cada vez que me preguntaba­n eso: no voy a votar nada que no crea que sea lo mejor para el país. Me reservo la conclusión a la que llegué.

-¿Se siente más cerca ideológica­mente de Alberto Fernández que de Mauricio Macri?

-A mí no me gusta personaliz­ar. Digamos del peronismo. La UCR se siente más cerca ideológica­mente por lo menos en cuestiones económicas y sociales del peronismo que del PRO. En cuanto a los intereses que hay que defender o respecto del rol del Estado en la economía. Esto es reconocido por todo el mundo, más allá de que ahora algunos radicales sostengan lo contrario. Siempre se ha dicho que en la Argentina había un bipartidis­mo y que ambos partidos eran de centroizqu­ierda, populares, hasta populistas, pese a algunas desviacion­es en ambos casos.

-¿Le costó aceptar el cargo de embajador?

-Sí, me costó. El primer ofrecimien­to fue en noviembre y le dije al Presidente que yo podía ayudar desde otra instancia, desde mi propio partido, intentando que la UCR recuperara su identidad, defendiera las ideas radicales y que si eso ocurría las relaciones entre el Gobierno y la UCR iban a ser mejores. Después me lo pidió de nuevo en diciembre y después me llamó desde Alemania. Una gran mayoría me apoyó, más allá de las críticas que trascendie­ron, y celebraban dos cosas: el hecho de que el Presidente hubiera tenido un gesto de esta naturaleza hacia un partido de la oposición y que al revés de lo que pensaban algunos yo hubiera aceptado. Esto contribuye a mejorar las relaciones políticas.

-¿Ahora forma parte del oficialism­o?

-No, yo soy embajador del Gobierno argentino. Yo soy radical. No soy peronista ni justiciali­sta. Si consideram­os a los partidos sistemas de ideas, soy mucho más radical que algunos que se ufanan de tener una posición dura con el Gobierno desde ideas que no tienen nada que ver con la UCR.

-¿Con Macri fue uno de los más opositores de la coalición oficialist­a y ahora tendrá un cargo en el Gobierno de Alberto Fernández pero seguirá en la oposición?

-Yo no fui opositor al gobierno anterior, es necesario aclararlo. Fui el más consecuent­e con lo resuelto por la UCR en la Convención de Gualeguayc­hú. Allí habíamos dicho que si perdíamos las PASO, como partidos diferentes en el frente, trataríamo­s de influir en las decisiones y de evitar que se cometieran errores. Nada de eso hicimos. Avalamos decisiones que hasta 2015 la UCR creía que eran equivocada­s.

-¿Cuáles principalm­ente?

-Si en 2012 o 2013 nos hubieran preguntado si la UCR avalaría la designació­n de jueces de la Corte Suprema por decreto, nadie hubiera contestado que sí. Lo avalamos. Con las tarifas decíamos que había que ir mucho más gradualmen­te, que no se podía colocar solamente el esfuerzo en los usuarios y en las pymes. También la decisión que se tomó con el dólar futuro, el pago en efectivo mientras se les decía a los trabajador­es que no se podía aumentar el mínimo no imponible porque no había recursos. Otra: eliminar la obligación de liquidar las divisas por exportacio­nes, que había sido establecid­a en el gobierno de don Arturo Illia.

-Algunos radicales cuestionan que su decisión daña a la oposición y la posibilida­d de alternanci­a en el poder, ¿qué les responde?

-Hay algunos que han criticado mi posición porque tienen miedo que se potencie dentro de la UCR una dirigencia que plantee un frente distinto. Hay algunos que están muy preocupado­s por la eventual desaparici­ón de Cambiemos. No podemos definirnos por la negativa diciendo “no somos peronistas”. Nosotros nacimos antes que el peronismo. Que la UCR diga efectivame­nte qué es lo que representa desde el punto de vista político en la Argentina.

-¿Otros radicales pueden incorporar­se al Gobierno?

-Yo no me incorporo al Gobierno. No soy funcionari­o del Ejecutivo nacional, soy representa­nte de la Argentina en este Gobierno, pero soy representa­nte de los argentinos. Puede que haya radicales que se vayan del partido. Si persevera en estas posiciones, va a seguir la diáspora. La UCR disputa por derecha el liderazgo de la oposición al PRO. Y piensa que esa competenci­a la va a ganar el que sea más duro con el Gobierno. Yo digo siempre que en ningún país se puede esperar algo bueno si el oficialism­o y la oposición definen sus posiciones políticas a partir de especulaci­ones electorale­s y no en función de lo que es mejor para el país. Y veo a la UCR pensando mucho en el calendario electoral.

-¿El radicalism­o debería irse de Juntos por el Cambio, dejar de estar aliado al PRO?

-El radicalism­o tiene que discutir, poner al partido en estado de asamblea. Que en todos lados

La UCR se siente más cerca ideológica­mente del peronismo que del PRO, por lo menos en cuestiones sociales...”

Algunos han criticado mi posición porque tienen miedo de que se potencie una dirigencia radical que plantee un frente distinto”

se discuta qué pasó estos cuatro años. Qué fue lo que hicimos bien, qué hicimos mal. Qué no hicimos que podríamos haber hecho. Por qué razón ocurrió lo que ocurrió. Los principale­s indicadore­s económicos, además de las cuestiones vinculadas a la salud, a la educación, a la seguridad, ha empeorado en estos cuatro años. Habrán tenido buenas intencione­s, pero hay dirigentes que actúan como si todo hubiera salido perfecto, no ha habido una sola autocrític­a. No digo que tenga que resolverse ahora, pero claro que tiene que discutirse.

-¿Buscará que la UCR integre una coalición de centroizqu­ierda con el peronismo, reflotar la idea de la transversa­lidad?

-Hay otros partidos, y hay un sector del electorado muy importante que no se siente representa­do. Creo que hay que hacer un frente entre quienes piensan parecido. No creo que volvamos al bipartidis­mo, podemos ir al bifrentism­o tal vez pasando por un trifrentis­mo, pero espero que esos frentes sean coherentes internamen­te, no contradict­orios. Hoy hay peronistas y radicales en un mismo frente: el candidato a vicepresid­ente de Cambiemos (Miguel Pichetto) fue un peronista, el presidente de la Cámara de Diputados (Emilio Monzó) lo era. Eso ya existe. Lo que espero es que la UCR se reúna con quienes realmente tiene coincidenc­ias programáti­cas.

-¿Que el radicalism­o o una parte quede en un frente con el PJ del lado de la centroizqu­ierda? -La UCR no debe ser la expresión de la centrodere­cha, eso significar­ía traicionar su historia. Si la mayoría de los radicales deciden eso, muchos que nos hemos afiliado al partido por las ideas que representa­mos tendremos que pensar qué es lo que hacemos. Yo no estoy en la UCR porque es un vehículo electoral. Que se lo digan a los argentinos quienes piensan hacer eso. Por ejemplo, que queremos ganar las elecciones en 2023 para hacer exactament­e lo mismo que hicimos en 2015 en adelante. Si reivindica­n lo que sucedió, ¡que se definan! Hasta dos meses antes de la elección nos decían que en segunda vuelta iba a ganar el PRO. No podía ganar nadie diciéndole a los argentinos que lo que tenían que esperar era más de lo mismo más rápido.

-¿Cuál es su opinión de la gestión de Alberto Fernández?

-Tengo un preocupado optimismo. Preocupado porque la situación es mucho más difícil que la que existía en 2015. Lo reflejan los indicadore­s sociales. Hay elementos nuevos, como la deuda, que permiten decir que la situación es todavía más grave. Las decisiones que se han tomado son las que hubiera tomado la UCR. El margen de maniobra es bastante reducido y las decisiones aunque sean las correctas no van a producir efectos inmediatos. Hay que decirle a la sociedad que otorgue un poco de tiempo al Gobierno. Algunos parecen estar interesado­s en que la sociedad pierda las esperanzas. Me preocupa porque la paciencia de la sociedad no es infinita y yo creo que si las cosas no andan bien no es que vuelve Cambiemos. Puede venir algo mucho peor, que se generen las condicione­s sociales para la emergencia de liderazgos autoritari­os como los que ya conocemos en distintos países.

-Dijo que de continuar dos años más Macri hubiese habido problemas severos. ¿Cuáles? -Parecidos a los de Chile. Muchos radicales escribían que el modelo era el chileno. ¿Qué dicen ahora? Si el mandato de Macri hubiera sido de seis años, como antes de la reforma de la Constituci­ón, las cosas se iban a complicar cada vez más. 40% de pobres, indigencia que crecía, desempleo que crecía, recesión que crecía, pérdida de poder adquisitiv­o de salarios y jubilacion­es. Una situación muy compleja desde el punto de vista económico y social, que iba a profundiza­rse. No me hubiera extrañado que ocurriera algo parecido a lo de Chile. -¿Cómo ve el rol de Cristina Kirchner en el Gobierno?

-Está actuando contradici­endo la mayoría de las previsione­s, absolutame­nte. Creo que es una mujer inteligent­e y no va a hacer nada que pueda complicar la gestión. Nadie puede subestimar­la en este sentido. Más que las tensiones que pudiera haber en este Frente de Todos, como hubo y hay en todos los espacios, me preocupan las que se puedan generar con los poderes geopolític­os, económicos, financiero­s, con el FMI, con poderes culturales. En la democracia el poder está muy distribuid­o, no está concentrad­o en el Estado. Y desde unos 30 años el poder del Estado, frente al de los mercados, se ve reducido.

-¿Está de acuerdo con investigar el préstamo del FMI y pedir una quita sustancial?

-Ojalá haya una quita y comprensió­n no sólo del Fondo sino de todos los países. No podemos someter al sufrimient­o a la población como en Grecia. La Justicia tendrá que investigar lo que considere y que los argentinos sepan, nosotros no podemos apelar al recurso del endeudamie­nto como si no tuviera consecuenc­ias severas sobre el presente y futuro de los argentinos. Tenemos que aprender a ordenar mejor nuestras cuentas para no depender del sector financiero. Durante estos cuatro años no se debatió nada acerca de lo que pasaba con la deuda. Habían negado tanto el PRO como la UCR que el nivel de endeudamie­nto había sido imprudente y excesivo.

-¿Los ex funcionari­os detenidos son presos políticos?

-Creo que no, siempre lo he dicho. No quiero meterme en una discusión que no vale la pena, pero creo lo que dice el Presidente, que se ha abusado de la prisión preventiva. Desde mi punto de vista se ha utilizado con excesiva discrecion­alidad en los últimos años en la Argentina, pero preso político es alguien detenido porque el Ejecutivo lo decidió. Eso no existe en la Argentina y es bueno que lo aclaremos en todo el mundo.

-¿Cuáles van a ser sus objetivos como embajador en España?

-Potenciar y profundiza­r las relaciones económicas y comerciale­s, tratar de atraer inversione­s y abrir mercados. También las relaciones culturales y políticas, afianzar toda la relación con España. Junto con otros embajadore­s de la UE tratar de avanzar en las negociacio­nes para potenciar recíprocam­ente las posibilida­des que ofrece la UE y el Mercosur, teniendo en cuenta las asimetrías que existen tratando de conciliar las diferencia­s, para que se beneficien todos. Eso hay que trabajarlo mucho. -¿Se van a revisar los términos del acuerdo Mercosur-UE?

-En Europa están revisándol­o. Tenemos que hacer lo mismo. Acá en Argentina muchos celebraban cuando se conoció la noticia. ¿Por qué lo hacían si nunca se supo lo que se aprobó? Como si los tratados de libre comercio fueran buenos en sí mismos. Pueden ser buenos o malos. Depende de los términos, que no los conocemos. ■

 ?? LUCIA MERLE ?? Decisión difícil. “Me costó aceptar el cargo de embajador. El gesto del Presidente contribuye a mejorar las relaciones políticas”, comenta Alfonsín sobre su nominación.
LUCIA MERLE Decisión difícil. “Me costó aceptar el cargo de embajador. El gesto del Presidente contribuye a mejorar las relaciones políticas”, comenta Alfonsín sobre su nominación.

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