Clarín

¿La caída de los bonos dejó a la Argentina en zona de fondos buitres?

Riesgo. Los títulos cotizan entre 45% y 50% de su valor y cuando bajan fuerte hay quienes compran y apuesta a litigar.

- Annabella Quiroga aquiroga@clarin.com

Como si la reestructu­ración de la deuda no arrastrara ya suficiente­s problemas, en la semana que acaba de terminar el derrumbe de los bonos despertó la inquietud de que los fondos buitre vuelvan a sobrevolar sobre Argentina.

Hoy los papeles argentinos cotizan a una paridad de entre el 45 y el 50% de su valor, pero en la semana perdieron más del 5%. Y si esta tendencia se profundiza podría caer a 30%, lo que el mercado evalúa como "zona buitre".

A diferencia de la renegociac­ión tras el default de 2001, esta vez los papeles argentinos no están sólo en manos de individuos sino también de fondos de inversión como Black Rock, Templeton y Fidelity.

Pero esto no los convierte en buitres. Son entidades que manejan capital de administra­doras de pensión, asegurador­as o inversores institucio­nales, entre otros. Algunos compraron los bonos en el momento en que fueron emitidos, tal como ocurrió con Templeton -de buenos lazos con la gestión macrista- durante 2018. Otros, más arriesgado­s, los compraron cuando estalló la crisis a una paridad de 50% con la expectativ­a de que fueran reestructu­rados y así pudieran llevarse una tajada.

En cambio, los fondos buitre actúan como las aves de rapiña: se sientan a esperar que su "presa" esté en una situación terminal. Sólo compran cuando el default es prácticame­nte irreversib­le. Entran al 30% del valor e inmediatam­ente van a la justicia para reclamar que el deudor les pague el 100% del título.

En 2001 esa estrategia funcionó. Los buitres - Aurelius y Elliot fueron los más famosos- no entraron al canje que en sus dos versiones consiguió un 93% de adhesión y en cambio fueron a la justicia norteameri­cana, ya que los bonos se habían emitido con jurisdicci­ón Nueva York. Ahí fue cuando apareció el juez Thomas Griesa, quien le ordenó a Argentina que les pagará la totalidad de lo que reclamaban más los intereses. En 2014, el entonces ministro de Economía Axel Kicillof buscó llegar a un acuerdo que a último momento fue bloqueado por la presidenta Cristina Kirchner. Argentina fue declarada en desacato y entró en default selectivo. En 2016 Mauricio Macri cumplió con la orden judicial y les pagó a los buitres US$ 9.300 millones. Tuvieron que litigar durante 15 años, pero en algunos casos se llevaron una ganancia del 300%.

Ahora los buitres vuelven a estar expectante­s. En este escenario, los analistas marcan que el endurecimi­ento del Gobierno en la negociació­n actual es una jugada peligrosa. "Los precios cayeron más de 5% esta semana. El ministro Martín Guzmán busca ponerse en una posición agresiva y hacer una oferta más beneficios­a para Argentina. Busca que los bonos bajen un poco más y entonces la quita aparezca como más atractiva. Pero si se pasa se rosca corre el riesgo de que entren los buitres. A niveles de menos de 30% podrían empezar a entrar", explica Guido Lorenzo, director de la consultora LCG.

Algo aprendió Argentina de la crisis anterior. Los bonos que se emitieron a partir de 2005 cuentan con "Cláusulas de Acción Colectiva" (CAC). Esto implica que se fija un porcentaje de adhesión -en general del 75%- para cualquier cambio en las condicione­s del bono. Entonces si de cada 4 bonistas 3 aceptan, el que se opuso originalme­nte también está obligado a aceptar. Pero las CAC no son la panacea. Primero porque como bien lo sabe el gobernador Kicillof, lograr una adhesión del 75% no es fácil. Y segundo, porque hay tienen muchos matices.

"El tema de las CAC es complejo", dice Flavia Matsuda, analista de InvertirOn­line. "Para cambiar las condicione­s de emisión se necesita una adhesión del 75% para los bonos emitidos entre 2016 y 2018. Si se busca cambiar dos series de bonos o más, se necesita una adhesión del 66%, pero a la vez hay que lograr al menos el 50% en todos los bonos. O sea que si en uno solo de los bonos no llegas al 50% se cae toda la renegociac­ión. Hay bonos que tienen una emisión muy chica y entonces un solo fondo puede hacer caer el canje".

En los bonos emitidos durante el kirchneris­mo, "las CAC son más exigentes todavía porque los pisos de adhesión son más altos. Si se quiere cambiar dos series o más se necesita lograr un piso de 85% y de 66% como mínimo en cada uno".

"Si la paridad cae por debajo del 35%, el partido terminó. Los precios se están cayendo, pero no están ahí todavía", sentencia José Echagüe, de Consultati­o Plus. "La pregunta es si con las perspectiv­as que dejó Guzmán la semana pasada tras el fracaso del canje y la exposición en el Congreso hay reestructu­ración. Es difícil, pero todavía es posible. El ministro endureció su posición pero también dejo en claro que busca resolver el problema".

Para Marina Dal Poggetto, de EcoGo, "con paridades entre 40% y 50% hay mucho margen para llegar a un acuerdo, pero ese margen se empieza a diluir cuando la negociació­n pasa a ser agresiva". ■

 ??  ?? Amenaza. Paul Singer, titular de Elliot, apostó a la Argentina en 2001 y finalmente ganó.
Amenaza. Paul Singer, titular de Elliot, apostó a la Argentina en 2001 y finalmente ganó.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina