Clarín

“Yo no quiero polarizar el país, no quiero un país como Argentina, con la grieta”

José “Pepe” Mujica. El ex presidente de Uruguay asumió ayer una banca en el Senado

- Federico Anfitti

El expresiden­te de Uruguay José Mujica (2010-2015) volvió ayer a la política, pero lo hace desde el mismo convencimi­ento que lo hizo abandonarl­a y no presentars­e a la reelección: evitar la polarizaci­ón entre los uruguayos. En una entrevista horas antes de regresar a su escaño en el Senado, esta vez desde la oposición, dos semanas antes de que Luis Lacalle Pou asuma la presidenci­a del país, el ex líder de la guerrilla de los tupamaros confiesa que dio un paso atrás para no contribuir “a polarizar” su país y crear “una grieta” política como la que, en sus palabras, vive Argentina.

Desde la cocina de su finca ubicada en las afueras de Montevideo, el Pepe, como muchos lo conocen, interrumpe el lavado de su vajilla para dedicar unos minutos a tomar mate y conversar con la agencia EFE.

-¿Usted hace dos años dijo “me retiro, quiero descansar un poco”. ¿Qué pasó? ¿Se fue el cansancio?

-Lo que dije fue “cansancio del largo viaje”. No es que se haya ido el cansancio, es que yo soy un militante social y político, tengo 71 años de militante. Entonces, a esta altura es una forma de vida pero soy consciente de mis años y de que el mundo está cambiando aceleradam­ente ni para mejor ni para peor, sino para distinto. El tiempo que viene es digital, es de dos idiomas, tiene una cantidad de cosas que no son de mi tiempo pero siempre dije que el mejor dirigente no es el que hace más, sino el que deja gente que lo supere con ventaja en el tiempo porque la vida y la lucha continúa. Hay una parte importante en nuestra sociedad que nos quiere mucho, hace cerca de 20 años que nuestra lista es la más votada en el país y aún perdiendo el gobierno curiosamen­te nuestra lista sigue siendo la más votada (...). Voy a estar en el Senado con mis compañeros jóvenes tratando de impulsar algunas ideas que tengo pero mi suplente es brillante (Alejandro Sánchez), tiene 36 años, y creo que vale la pena abrirle cancha y a algunos otros que están por ahí y es lo que estoy haciendo. Estoy viejo pero no destruido, la computador­a de acá -señala su cabeza- me funciona por ahora, más o menos, y el cuerpo está achacoso pero es un lujo para la vida que he tenido, es maravillos­o llegar a los 85 años y no estar lelo, subirse arriba del tractor y todo lo demás. De vez en cuando tengo calambres, dolor de rodillas y todas cosas de viejo pero yo debo de gritarle gracias a la vida.

-¿Dudó de presentars­e de vuelta en la lista? -Yo estuve muy presionado para ser candidato a la Presidenci­a y no quise. No quise no solo cascoteado (golpeado) por mi edad y la experienci­a, yo no quería contribuir a polarizar el país. Yo no quiero un país como en la Argentina, con la grieta, medio país contra medio país. No quiero, lo detesto, porque somos un país de cuatro gatos locos, tres millones y poco. No podemos darnos el lujo de tener medio país contra medio país porque nos vamos al carajo y renuncié porque yo sé que polarizaba. Lamento que me parece que hay gente que no se da cuenta de eso, el peor veneno de este pa

“Gobernar no es mandar, mandar se puede mandar en un cuartel, orden cerrado, pero en una sociedad no se puede mandar a capricho”, dice Mujica.

ís es la polarizaci­ón. Veremos lo que pasa.

- Usted decía que tiene algunas ideas para esta legislatur­a, ¿Hacia dónde apuntan? -Estamos en un cambio del capitalism­o en la época que vivimos, lo que más crecen económicam­ente en el mundo son las empresas trasnacion­ales. Nuestras burguesías nacionales son familiares, no pueden competir con ellos. ¿Y qué les pasa? se ponen de rentistas, compran un pedazo de campo y lo alquilan, compran unos apartament­os y los alquilan o hacen inversione­s en bonos, no emprenden en empresas que multipliqu­en la riqueza. El Uruguay tiene 24 mil millones de dólares de plata fuera y estamos pidiendo que inviertan acá, ¿por qué? porque esa burguesía no puede competir con esos equipos. Creo que la respuesta es la que tienen los chinos o los vietnamita­s: el Estado tiene que transforma­rse en socio minoritari­o, dejar que líos privados administre­n pero en lugar que invierta un banco o accionista, que invierta el Estado, que tenga una parte, un 30 o 40 % y de ahí saca renta, para que lo entiendan va a ser difícil. -Esta legislatur­a es bastante distinta a lo que viene siendo normalment­e porque hay mucho recambio y nuevas figuras. ¿Cómo ve este nuevo plantel de legislador­es?

-Al principio la van a chambonear (equivocars­e) un poco, van a tener que agarrar oficio pero bueno son las leyes del juego. Estoy preocupado porque me da la impresión de que el presidente nuevo (Lacalle Pou, del Partido Nacional) no confía un carajo en nadie y se mete en todo. -¿Ni siquiera en su propio equipo de la coalición confía? ¿Le ve poca vida a la coalición? -No estoy hablando de los adversario­s, porque hay una cosa que es la informació­n oficial y después está la oficiosa que corre por abajo que es jugosa también. No es que le vea poca vida, me parece que empieza a haber una confusión, que gobernar es mandar, y gobernar no es mandar. Autoridad no es autoritari­smo, pero ojalá que me equivoque, todas estas son cosas que aparenteme­nte se empiezan a percibir, ojalá que me equivoque.

-¿Qué le parece el hecho de que Lacalle Pou no haya invitado a su asunción presidenci­al del 1 de marzo a Venezuela, Nicaragua y Cuba? ¿Piensa que eso fue algo que salió de él o de la coalición?

-Venezuela no iba a venir ni en pedo, porque no va a ningún lado de eso, Nicaragua no sé.

Con Cuba es un error muy fuerte porque están cayendo en lo que nos criticaban a nosotros, están haciendo discrimina­ción ideológica. Decían que nosotros discriminá­bamos pero yo fui a la Antártida con (Sebastián) Piñera, traté de darle una mano a (Juan Manuel) Santos en el proceso con Colombia. Y hasta en su momento cuando hablé con (Barack) Obama fui a hablar con el presidente de Cuba preocupado por la suerte de un ciudadano norteameri­cano, que estaba preso. (...) Yo nunca fui prisionero de las cuestiones ideológica­s, traté de cultivar lo más que pude la relación con la gente pensara lo que pensara.

-¿Cree que es decisión de Lacalle Pou o de la coalición?

-Es de Lacalle. Supongo yo.

-¿Qué se espera de estos 5 años?

-El que da las cartas es el Gobierno. No quiero una polarizaci­ón pero para bailar se precisan dos. Si desde el Ejecutivo se quiere imponer una polarizaci­ón va a haber polarizaci­ón. Es detestable, pero va a haber. Pero por ahora es apenas un temor. Sí, creo que puede haberlo por cosas que he sabido.

-¿Le preocupa que eso suceda más desde el nuevo oficialism­o o desde la oposición del Frente Amplio?

-No, el que da las cartas es el gobierno, la actitud del gobierno define en parte la actitud de la propia oposición porque si a usted le escupen en la cara y lo quieren pisotear usted no tiene más alternativ­a que pelear. No es que usted quiera, es que se lo imponen y esta puede ser la torpeza porque eso le va a crear problemas al país. Por eso le dije que gobernar no es mandar, mandar se puede mandar en un cuartel, orden cerrado, pero en una sociedad no se puede mandar a capricho. ■

 ?? EFE ?? De regreso. Pepe Mujica volvió ayer a la política como senador. Dice que no se presentó a la presidenci­a para no polarizar al país.
EFE De regreso. Pepe Mujica volvió ayer a la política como senador. Dice que no se presentó a la presidenci­a para no polarizar al país.

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